Ahora que
en el Ayuntamiento se está estudiando el asunto de los símbolos franquistas
para la aplicación de la Ley de Memoria Histórica, Tasio Munarriz nos explica la historia del panteón existente en el
cementerio de Pando a “los caídos”.
La Corporación municipal decidió construir un
panteón dedicado a los “Caídos por Dios y por España” en el camposanto para
enterrar sólo a los 42 llamados “nacionales” asesinados en los barcos-prisión y
en las cárceles de Bilbao (11) o fallecidos en el frente (31). Todavía se
conserva la lápida, aunque sus nombres son difíciles de leer. En algunos casos
hay equivocaciones que no merece la pena citar aquí. Su construcción costó
13.740 pesetas, contribuyendo a su abono el vecindario con 5.516, 75. Lo
realizó el contratista Manuel Leza Ibáñez, que ganó la subasta, con el proyecto
de Santos Zunzunegui. Se inauguró el 22 de junio de 1938, primer aniversario de
la ocupación de la Villa.
Sólo fueron inhumados en este panteón 13
portugalujos muertos en combate. Los demás que figuran en la lápida fueron
enterrados en la cripta de los “Mártires de Bilbao”, en panteones particulares
o en otros cementerios o bien no se recuperaron sus cuerpos. Por eso, esta
construcción, más que un mausoleo, es un panteón (“Monumento funerario
destinado a enterramiento de varias personas”, según el diccionario de la RAE).
En 1952 el gobernador civil informó al
Ayuntamiento de que los familiares de todos estos difuntos podían dar su
permiso para trasladarlos al Valle de los Caídos. Sólo 8 de los 42 dieron el
permiso, entre ellos uno de los 13 del panteón. El resto de las familias lo
negaron o no respondieron o bien no fueron localizadas para ser informadas.
A partir de los documentos del Archivo municipal
llegamos a la conclusión de que en este momento solo hay restos de 12
portugalujos en el panteón de “Los Caídos”.
Este panteón, al igual que los nombres de la avenida Carlos VII y las calles La Paz y Vázquez de Mella, aparecen en el "Catálogo de símbolos y monumentos públicos existentes en Euskadi que supongan una exaltación de la Guerra Civil y de la Dictadura", publicado por el Gobierno Vasco y disponible en internet. A pesar de esto, El Correo de la Margen Izquierda decía ayer que "en Portugalete no se ha detectado ningún nombre en su callejero que incumpla la Ley de Memoria Histórica". Pues bien, a lo recogido en el catálogo deberían sumarse como mínimo las siguientes denominaciones: Federico Martínez, Luis Galdós, Martín Fernández-Villarán y Monseñor Ángel Chopitea, por las razones expuestas en el "Diccionario histórico de las calles de Portugalete".
ResponderEliminarLa lápida con los nombres se ha retirado y han colocado una lisa. Lo que no entiendo es que este monumento funerario sea una exaltación al franquismo. Solo son muertos que combatieron o murieron por un bando. No es memoria histórica, es censura histórica.
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