Según la Memoria de Churruca, las obras del Muelle de Hierro se remataron en los ejercicios 1889 y 90, en que
se terminaron las obras accesorias como eran el parapeto y la caseta torreón de
señales que en el verano del 90 estaba a falta de algunos detalles.
Con su finalización
el piloto mayor pasaría al final del Muelle desde donde mejor dirigir las
entradas de los buques.
Sin embargo tardaron mas de lo previsto por lo que decía, en EL NERVION de fecha 22 de noviembre de 1894, un marino en una carta abierta al periódico, preguntando:
¿Para qué
sirve la nueva torre de señales?
Unos dicen que
para adorno, otros para recreo en el verano, para servir cafés o refrescos o algún
puesto de cañas de pescar y poderlo alquilar para dejar allí sus aparejos.
Si tan bonita y
segura torre se ha construido para que los señores pilotos mayores trasladen a
ella las banderas y faroles y desde allí hagan las señales que hoy hacen desde
la que siguen ocupando, será que no han recibido órdenes de trasladarse a la
nueva.
Ena ocurrir algún cataclismo, o lo que es lo mismo
hasta que dos buques tengan una embestida en la misma barra y quede interceptada
la entrada y salida de nuestro puerto.
Digo esto porque
en la marea del lunes 19 a la mañana, estuvo a punto de ocurrir un choque entre
los vapores español Cabo Trafalgar que salía y el inglés Intrepid que entraba;
pero gracias a la serenidad y gran pericia del práctico lemán don Ramón Urizar,
que practicaba el primero se pudo evitar el abordaje.
Todo sucedió de la
siguiente manera, por estar en servicio la vieja torre de señales.
Después de haber
sacado de su atolladero el vapor inglés Klyde, que había naufragado o
embarrancado en la marea anterior, dio el piloto mayor de guardia entrada al
vapor español Ibarra nº 4 (con la marea subiendo); una hora después dio salida
(después de la hora reglamentaria) al Cabo Trafalgar, que se encontró a la
altura de la punta del nuevo muelle con el Intrepid que venía para adentro y a
muy corta distancia de su proa, en momento tan critico que no podía virar ni al
NE ni al SO; por lo que se creía inevitable un choque por la causa expresada y
la mucha mar que reinaba.
Pero el práctico
Sr. Urizar hizo una maniobra dificilísima y peligrosa para el Cabo Trafalgar y
metió el vapor por encima del banco y tocando y arrastrando el vapor pudo de
este modo evitar la embestida.
El inglés Intrepid
no es culpable (a nuestro entender) de lo ocurrido pues con seguridad no vio
que en la torre se señales habían arriado la bandera roja y largado la blanca y
como vio que el Ibarra nº 4 había entrado se venía tras el hasta que se
encontró con el otro que salía.
Si se hubiesen
hecho las señales con las banderas desde la otra torre de señales, no hubiera
ocurrido esto y si pronto no se trasladan allí los pilotos mayores quizás en
otra ocasión no se puedan evitar las desgracias.
¿Cuándo se
ordenará, por quien corresponda, que los pilotos mayores hagan las señales a la
entrada y salida de los buques desde la nueva torre de señales?
Esta es la
pregunta que se hacen todos los marinos….
La foto que
ilustra esta entrada corresponde a una postal de Rommler & Jonas, Dresde, de
los primeros años del siglo XX.
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