martes, 28 de enero de 2025

AQUELLAS FIESTAS DE LOS BILBAINOS EN NUESTRA VILLA HACE 165 AÑOS

  

En el siglo XIX la Villa era punto de reunión de muchos bilbaínos que aprovechando los meses estivales venían a veranear, siendo obsequiados con festejos o se los organizaban ellos mismos.

Una de estas fiestas propias la recogió el periódico IRURAK BAT del 9 de agosto de 1859, que nos facilita Karla Llanos. Han pasado ya 165 años, cuando todavía no existía el muelle Nuevo, y el centro era el actual Muelle Viejo y la plaza del ayuntamiento, seguimos al corresponsal que escribe:

Los bilbaínos son el demonio. Sin santo, ni santito, ni motivo alguno, sino por matar el tiempo, muchos de ellos reunidos en Portugalete y de acuerdo con su alcalde Sr. Castet han resuelto para mañana llevar a cabo el siguiente programa:

1º Gran salva de chupinazos a las 5 de la mañana para que todo vecino sepa que hay quien los dispare.
2º Gran regateo; en el cual tomaran parte las lanchas que quieran.
3º Cucaña en la ría con un premio arreglado a las circunstancias.
4º Lanzamiento de una grande y descomunal cometa, emblema del hombre navegando por el espacio.
5º Lanzamiento de un globo o monglofiera de nueva invención.
6º Paseo triunfal de los señores de Vizcaya, magníficamente angalanados y cargados dos monigotes que representan los genios de los muelles del Este y Oeste.
7º Famosa novillada. En ella podrán presentarse cuantos lidiadores gusten. Representa el voto universal.
8º Fuegos de artificio.
9º Idem de barricas; tamboril; música.
10º Gran baile de etiqueta o sin ella en el ayuntamiento.
11º Brillante iluminación.
12. Gran cena en el Muelle a campo raso. Los que quedaren lisiados en este combate, tienen la impagable comodidad de ir a dormir al río o a la Fonda Bilbaina, porque la mesa estará equidistante de ambos puntos.
Entrada gratis.

La reseña del día siguiente dice lo siguiente:

Los bañistas bilbaínos residentes en Portugalete se divirtieron de lo lindo. La función que tenían preparada se llevó a cabo con toda felicidad y la broma duró hasta las 2 de la mañana, hora en que se retiraron los huéspedes de la Fonda Bilbaina. Una de las novedades que produjo mejor efecto después de los fuegos de artificio, parece que fue la quema en el Nervión de un bote alquitranado, cuyas llamas iluminaban perfectamente a la villa, al muelle y al recinto por donde más gente discurrían.
Portugalete hacía muchos años, que no había presenciado tanta animación y algazara como ayer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario