Ahora que estamos ante un verano atípico, tras la principal batalla del coronavirus, con las fiestas en el aire, los bares y el Hotel abriendo nuevamente en espera de que los clientes no les fallen, hemos revisado EL NOTICIERO BILBAINO del mes de agosto de 1875, tras haber dejado atrás el año anterior los episodios más duros de la guerra carlista.
Se anunciaba la playa con sus bañistas, que contaban con la protección, no de mascarillas como ahora, sino de suficientes destacamentos militares en evitación de algún nuevo rebrote carlista. Un barco que llegó a nuestro muelle desembarcó a 800 soldados y otros 200 siguieron hasta Bilbao. (La campa donde comerían el rancho se convirtió con sus pisadas en una plaza de la ranchería).
El Hotel gestionado al parecer por los militares presentaba un lleno total y anunciaba que admitían bañistas para setiembre una vez que se fueran desalojando las comprometidas. Y en el muelle Viejo se había adelantado el Café El Siglo, remodelando su local tras los destrozos de la guerra (como vemos en la foto no estaba en su situación actual) ofreciendo a “la elegante y selecta sociedad que allí concurre” sus inmejorables artículos. En otro anuncio la Compañía Inglesa de Aguas anunciaba que en dicho Café se podrían degustar sus aguas gaseosas tales como limonadas, naranja, champagne, sidra, agua sosa y otras.
Otro anuncio arrendaba una buena habitación para dicha temporada, situada en la zona del muelle viejo, señalando que “tenía agua para beber y lavar en la huerta de la misma casa”. Razón, el Café del Siglo.
Entre los anuncios o gacetillas también curiosas que encontramos está el que ante un verano de sequía de nuestros manantiales, había llegado un “explorador de manantiales, D. Pedro Busquet, antiguo y acreditado fontanero francés, quien por un precio módico se compromete a hacer toda clase de descubrimientos y aprovechamientos de manantiales, así dentro de la población como fuera de ella; advirtiendo al público que siempre que sus trabajos no los haga a satisfacción de los interesados no cobrará retribución alguna”. Se hospedaba en el nº 21 de la calle del Medio.
No había que olvidar a los niños y niñas necesitados de ayuda en sus estudios en épocas tan señaladas y se ofrecían clases particulares en el 2º piso del nº 27 de la calle del Medio. Preguntar por Rafael C.L.
Recogemos bajo estas líneas algunos de dichos anuncios así como otro vendiendo carbón de roble y encina en el nº 38 de la calle del Medio.
El hospedaje del n°21,supongo que sería la llamada popularmente fonda del piojo .
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