jueves, 14 de enero de 2021

UNA MIRADA AL PAISAJE FISICO Y HUMANO DE AZETA EN EL SIGLO XX

  


Mari Mar López Tubía, nos pasa estas dos fotos familiares que hoy presentamos y que nos muestran la zona alta de Azeta en aquellos años, totalmente rural.

A la izquierda aparecen en las huertas existentes en la parte trasera de la casa nº 22 de Sotera de la Mier (hoy desaparecida), su madre Mª Angeles López Tubía junto a otros miembros de la familia y vecinos de Azeta.

La foto de la derecha nos recuerda cómo eran las laderas de Azeta, con huertas, el colegio del Carmen y el Puente Colgante al fondo, recogiendo a un grupo de vecinos del barrio cuyas casas se ven a la derecha hoy totalmente desaparecidas y que daban a la calle Sotera de la Mier.

No dejan de ser interesantes este tipo de fondos documentales de la vida en Portugalete de hace seis décadas.

Complementamos también estas vistas ofreciendo bajo estas líneas una foto de su abuelo Tomás López Suso, trabajando la huerta en el mes de abril de 1968, y lo hacemos porque en todos estos casos tras las imágenes existe un paisaje humano que al final se olvida y que es interesante recuperar aunque solo sea con algunas pinceladas.

Estas nos las ofrecen Aitor González Gato y Roberto Hernández Gallejones, quienes nos retrotraen la historia al año 1900, fecha en que nació en Briones (La Rioja) nuestro protagonista Tomás. Tenía tres años cuando sus padres Eustasio y Josefa se vienen a Portugalete en busca de labrarse un mejor porvenir. En plena juventud le toca vivir la guerra de Africa y a su regreso trabajaría en Altos Hornos. En 1930 los encontramos domiciliados los tres en el citado nº 22 de Sotera de la Mier en Azeta.

Con la llegada de la republica Tomás se casó con Angela Tubía Laguardia, dos años mayor que él, que con su familia había venido de Haro unos años antes, dejando atrás una tradición familiar de trabajo en los viñedos colaborando con las bodegas CVNE. Se completa la familia, primero con Josefa, luego Mª Angeles y al producirse la guerra él tiene que coger de nuevo las armas para luchar contra el ejército de Franco, acabando como tantos otros preso en Santoña, salvándose de milagro de ser fusilado y ella tiene que salir huyendo con sus hijas a Cataluña.

En la posguerra la pequeña huerta tras su casa de Azeta  que vemos en la foto le ayudó a Tomás a sobrevivir y sacar adelante la familia.



 

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