domingo, 12 de junio de 2022

RECOGIDO DE LA PRENSA: PORTUGALETE, LA VILLA FUNDADA HACE 700 AÑOS PARA DISGUSTO DE BILBAO (2)

 


Continuamos el articulo de Manuel Montero, con el apartado relativo a LA RIVALIDAD CON BILBAO.

 

La fundación de Portugalete buscaba dar una cobertura jurídica y administrativa a las actividades comerciales, de índole muy distinta a la del entorno rural. Era la época en la que comenzaba un tráfico mercantil con Castilla y con puertos del norte, además de la venta del hierro de las ferrerías. También se percibe en la carta-puebla la influencia de la inestabilidad social, pues las previsiones para los casos en los que había que aplicar justicia fueron muy abundantes, más que las de las cartas puebla de las décadas anteriores.

Al fundarse, la cuestión crucial para la villa de Portugalete era el tráfico por la ría. Seguramente, quienes habían solicitado la fundación pensaban basar la prosperidad de la localidad en ese comercio. La cuestión planteó un problema serio, que se convirtió después en el origen de un larguísimo litigio histórico, que duró siglos. Bilbao había recibido en su carta puebla de 1300 el privilegio de que las mercancías que entrasen en la ría desembarcasen exclusivamente en los muelles de Bilbao. En realidad, había recibido la jurisdicción sobre todo el tráfico de la ría, lo que tropezaba con las capacidades mercantiles que su carta-puebla concedía a Portugalete.

No era una cuestión secundaria. Bilbao, y en su nombre el Consulado, defendió durante siglos ese privilegio, entendiendo que de él dependía su prosperidad, e incluso su razón de ser. Desde finales de la Edad Media los litigios entre Bilbao y Portugalete fueron continuos.

Bilbao, en esto una población algo arrogante, echó mano de todo tipo de argumentos. En uno de los juicios sostenía que «es incierto, que en la Villa de Portugalete se haya hecho la carga y descarga de mercadurías de comercio», y que antes de la fundación en Portugalete no había población alguna. Las dos afirmaciones eran falsas.

El Consulado sostenía que Bilbao tenía la jurisdicción sobre toda la ría y el Abra, por lo que no cabía que los barcos parasen en muelles que estuviesen aguas abajo. Portugalete reclamaba el derecho a usar su ribera para abastecerse. Bilbao, algo quisquilloso, temía perder el monopolio del comercio a través del Nervión si recalaban allí los barcos. En 1631 se resolvió transitoriamente el pleito. Portugalete conseguía que, «con la debida justificación, pudiesse tomar de los navíos que entrasen por la barra aquellas porciones de bastimento que sólo necesitase para el de su pueblo, practicándolo en el ceñido término de dos horas, sin causar mayor detención a los navíos», además de que los precios estuviesen controlados y que no pudiera descargarse nada para comerciar fuera de Portugalete. Sólo les permitían descargar durante dos horas, y todo indica que se vigilaba el plazo. Bilbao defendió a capa y espada, por todos los medios, su preeminencia respecto al entorno inmediato. Por lo que sabemos, nunca fue complaciente con sus vecinos. Más bien actuó de forma antipática.

En lo que a Portugalete respecta, la agresividad bilbaína le impidió desarrollar en la Edad Moderna las potencialidades que la carta-puebla le otorgaba. Sin embargo, su fundación como villa le otorgó durante el Medievo su personalidad jurídica y una notable capacidad económica. Después, la ría fue monopolizada por Bilbao.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario