En el Diccionario
Biográfico Portugalujo, incluimos este maestro, José Manuel Zubeldia y Oraa (1856-1926),
“el mas relevante en el mundo educativo portugalujo de finales del siglo XIX y
principios del XX” y a quien se le recordará en la Villa el año entrante al
celebrar el centenario de la colocación de la primera piedra del centro escolar
que lleva su nombre.
Recurrimos en esta
entrada a algunas de las fotografías de que disponemos.
En una de ellas aparece
en una fotografía familiar. Recordemos, siguiendo a Roberto Hernández
Gallejones, que tras afincarse en la Villa residió al parecer desde un
principio en el tercer piso del nº 15 de la calle Gral. Castaños (por lo menos vivía
aquí desde 1892),
lugar donde nacería
en 1885 su tercer hijo Mario, quien fue luego capitán de barco. Sus
primeras hijas, Carmen y Filomena habían nacido en Bilbao en 1882, y 1883,
respectivamente. Guillermo Zubeldia (nacido en 1897), fue portero del Portu.
Vinieron al mundo también en nuestro pueblo sus vástagos Inés, Luisa, José y
María. A la muerte de sus progenitores Mario Zubeldia, casado con Carmen
Aizpuru Izaguirre, al parecer se quedó a vivir en el domicilio familiar.
Las otras fotos
recuerdan el reconocimiento público que tuvo su figura. En 1908 el periódico El
Nervión se hacía eco del homenaje con un banquete de sus antiguos alumnos y
tras solicitar su retiro voluntario, en 1917 diciendo que “mis fuerzas flaquean
por el continuo trabajo de 35 años al frente de la escuela pública de esta
villa”, Zubeldia vio reconocida su labor dándole su nombre a la recién nacida calle Central de San Roque donde
se proyectaba construir el nuevo grupo escolar,
El día 14
de marzo de 1920, fecha de la
inauguración (en tal jornada festiva el mismo Zubeldia fue el encargado de
descubrir la placa de la calle con su nombre), los vecinos de la misma,
solicitan al Alcalde y a la Corporación que la Banda Municipal de Música
ofrezca un Concierto Nocturno de Bailables para honrar la memoria del maestro,
y “para que sirva de júbilo a los vecinos”.
Finalmente, tras su fallecimiento de una neumonía el día 2 de febrero
de 1926, en su casa de la calle Gral. Castaños, el gobierno municipal “acuerda
hacer constar en acta el sentimiento de la Corporación por el fallecimiento” y
tras ser enterrado en el panteón de la familia Zubeldia-Aizpuru del Cementerio,
sus discípulos como testimonio de gratitud colocaron una placa con la inscripción:
“A D. José Manuel Zubeldia y Oraá, sus discípulos, 2 de febrero de 1926”.
La foto inferior, es
la única que disponemos con un grupo de sus alumnos.
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