Casilda Iturrizar,
conocida popularmente como la Viuda de Epalza, tuvo una gran actividad social
en la villa durante sus estancias en su mansión del Muelle Nuevo, al igual que lo
había tenido su marido, con la recordada capilla de Santo Tomás, unida con un
puente metálico a sus jardines, donde fue habitual la organización de
recepciones y fiestas con los principales personajes de la época como fue en alguna
ocasión el rey Alfonso XII.
Entre las numerosas páginas de nuestra historia que
venimos recogiendo en este blog, hay una dedicada al PRIMER LLAMAMIENTO A QUINTAS, que tuvo lugar en 1877 como consecuencia, tras la guerra
carlista, de la pérdida foral y la abolición de la exención que los mozos
vascos tenían de servir en el ejército español. La
ley obligaba a los varones menores de 20 años a dedicar cuatro años de su vida
a la mili y a estar cuatro en la reserva, salvo que pudieran pagar un
reemplazo.
Al margen del rechazo que produjo en la corporación municipal,
traemos aquí la noticia del Noticiero Bilbaíno del 5 agosto 1877 referente a
Doña Casilda:
“La Señora viuda de Epalza, cuyos rasgos de generosidad y
sus arranques caritativos le han creado un nombre más ilustre aun por sus
virtudes que por su opulencia, llamó a su quinta de Portugalete a los quintos
de Bilbao que han ingresado en el ejercito con el fin de aliviar su situación
con un abundante donativo”.
Desconocemos en que consistiría el
donativo, ni los nombres de los primeros portugalujos proveniente de las capas más humildes de la sociedad, ya que las
familias más pudientes se podían permitir, mediante pago de librar a los suyos
de las presumibles penurias y de una muerte
casi
segura, a
los que le tocó “la china”.
Finalizaba la noticia deseando que “ojalá que en breve
con unos pocos más de estos actos podamos anunciar que ningún vizcaino ha
tenido que ir forzosamente a servir en la milicia”.
20 años después las consecuencias de
tal decisión nos muestran sus consecuencias con la noticia en el mismo periódico
(6 de febrero 1897) de la celebración de una tómbola “para aliviar la situación
de los portugalujos heridos y enfermos procedentes de Cuba y Filipinas”.
Entre la larga lista de donantes para
conseguir fondos figuran una docena de objetos con el título de “magnifico
espejo tocador” aportados por la Sra. Viuda de Epalza.
Entre los nombres de los jóvenes heridos
en aquellas contiendas encontramos a Alejo Echevarría que nosotros incluimos en el Diccionario Biográfico
Portugalujo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario