viernes, 27 de diciembre de 2024

CASILDA ITURRIZAR Y EL PRIMER LLAMAMIENTO A QUINTAS DE 1877

  



Casilda Iturrizar, conocida popularmente como la Viuda de Epalza, tuvo una gran actividad social en la villa durante sus estancias en su mansión del Muelle Nuevo, al igual que lo había tenido su marido, con la recordada capilla de Santo Tomás, unida con un puente metálico a sus jardines, donde fue habitual la organización de recepciones y fiestas con los principales personajes de la época como fue en alguna ocasión el rey Alfonso XII.

Entre las numerosas páginas de nuestra historia que venimos recogiendo en este blog, hay una dedicada al PRIMER LLAMAMIENTO A QUINTAS, que tuvo lugar en 1877 como consecuencia, tras la guerra carlista, de la pérdida foral y la abolición de la exención que los mozos vascos tenían de servir en el ejército español. La ley obligaba a los varones menores de 20 años a dedicar cuatro años de su vida a la mili y a estar cuatro en la reserva, salvo que pudieran pagar un reemplazo.

Al margen del rechazo que produjo en la corporación municipal, traemos aquí la noticia del Noticiero Bilbaíno del 5 agosto 1877 referente a Doña Casilda:

“La Señora viuda de Epalza, cuyos rasgos de generosidad y sus arranques caritativos le han creado un nombre más ilustre aun por sus virtudes que por su opulencia, llamó a su quinta de Portugalete a los quintos de Bilbao que han ingresado en el ejercito con el fin de aliviar su situación con un abundante donativo”.

Desconocemos en que consistiría el donativo, ni los nombres de los primeros portugalujos proveniente de las capas más humildes de la sociedad, ya que las familias más pudientes se podían permitir, mediante pago de librar a los suyos de las presumibles penurias y de una muerte casi segura, a los que le tocó “la china”.

Finalizaba la noticia deseando que “ojalá que en breve con unos pocos más de estos actos podamos anunciar que ningún vizcaino ha tenido que ir forzosamente a servir en la milicia”.
20 años después las consecuencias de tal decisión nos muestran sus consecuencias con la noticia en el mismo periódico (6 de febrero 1897) de la celebración de una tómbola “para aliviar la situación de los portugalujos heridos y enfermos procedentes de Cuba y Filipinas”.
     Entre la larga lista de donantes para conseguir fondos figuran una docena de objetos con el título de “magnifico espejo tocador” aportados por la Sra. Viuda de Epalza.
     Entre los nombres de los jóvenes heridos en aquellas contiendas encontramos a Alejo Echevarría que nosotros incluimos en el Diccionario Biográfico Portugalujo.

 

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