Fue en 1901 cuando el
Hospital de San Juan Bautista, que llevaba mas de un siglo atendiendo a los
necesitados de la Villa, decidió modernizarse y adaptarse a los nuevos tiempos
creando una Fundación gestionada por gente portugaluja que llevara adelante la construcción
y gestión de un moderno Hospital que sirviera también de Asilo para quien lo
necesitara.
Félix de Chavarri y
Alisal elegido presidente de la Junta ofreció los terrenos que tenía bajo el
cerro de Campanzar y recurrió a otro portugalujo que tenía terrenos adyacentes
como era Manuel Calvo, quien se involucraría en el proyecto cediendo los terrenos de su propiedad. En el mes de julio de 1901 participó en la
colocación de la primera piedra del nuevo edificio y en 1903 ingresó en la
Junta de Patronos del Santo Hospital.
Como el principal
problema estaba en la escasez de recursos, que hacía que la obra avanzara en
función de los donativos que se recibían, el nombre del benefactor estaba
siempre en la mente de la Junta. Pero con la muerte de Don Manuel en 1904 y la paralización
de las obras, la Junta envía a su heredero Claudio López, Marqués de Comillas, una carta que no deja de ser verdaderamente
reveladora:
Ya con la muerte
de D. Manuel nos quedamos al parecer huérfanos de su concurso ¿a dónde pues
mirar? ¿a dónde recurrir en tal trance? Murió D. Manuel Calvo, es cierto, pero
su bienhechora sombra, al tocar el aniversario de su desaparición del mundo de
los vivos parece iluminarnos y pone en nuestros labios las siguientes palabras:
“Dejé en el mundo continuador de piedad y caridad cristiana universalmente
probadas; conoció mis ideas y mis sentimientos; acudid a él que la súplica
colmará vuestra necesidad y ansiedad”.
Hoy traemos a colación este tema cuando vemos que la actual dirección del HOTEL BOUTIQUE PUENTE COLGANTE, que don Manuel legó al pueblo de su Villa natal, mantiene el espíritu del indiano e invita a las personas que están de la Residencia de San Juan Bautista a un lunch en sus salones y que por las fotos que mostramos dieron buena cuenta de el.
Desde aquí nuestro
reconocimiento por este generoso detalle tan bien acogido en la
Residencia de San Juan Bautista, que para la gente portugaluja sigue recibiendo
el cariñoso y entrañable apelativo de Asilo Hospital.
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