En el ultimo encuentro con la gente de ASPALDIKO rememorando recuerdos de nuestra juventud, surgió el tema de los bailes de la plaza que tanto éxito tuvieron a principios del siglo pasado con nuestros padres y a mediados del siglo en nuestra juventud. En ellos se reunían jóvenes de todos los pueblos de ambas orillas de la ría, que llegaban en el Puente colgante, en el tren, en el tranvía, en el autobús de Gallarta o andando.
La foto del kiosko rodeado de una ingente multitud puso sobre la mesa
los recordados “chicharrillos”, que para la joven que dirigía la
sesión no dejaba de ser novedoso: Había que pagar? El baile servía para ligar? Cómo se pedía bailar y quien lo hacía?
Aquí surgió la anécdota de uno de los asistentes al recordar el dolor del
hombro con que muchos jóvenes acababan el baile. La sorpresa para algunas fue
grande, mientras otras sonreían maliciosamente.
Hay que recordar que en aquella época se hablaba de dos tipos de bailes:
“a lo suelto”, al son del txistu y tamboril, y “a lo agarrao”, con la banda de
música. Claro está que las nomas morales no eran las de ahora, y lo mismo que
había algunos jóvenes adelantados que paseaban con sus parejas “del bracete” por el
muelle, en el baile lo hacían “arrimaos” algo que otros lo intentaban cuando conseguían
baile, aunque la chica pusiera el brazo en frente con la mano sobre su hombro,
marcando distancias.
Era el motivo de que al final de la tarde, algunos acabaran con el
hombro dolorido y la frustración de no haber conseguido un solo roce.
Qué tiempos aquellos¡¡¡
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