Hoy se cumplen 117 años de la colocación
de la primera piedra sobre el solar donde se levantaría la nueva iglesia de San
Cristóbal. Vamos a basar estas líneas de recuerdo en el artículo que escribió
Ignacio de Izaga Ojenbarrena y que fue publicado en el Programa de Fiestas de
1960.
En otras dos ocasiones hemos hablado de
la Fundación Durañona y de la Reconstrucción de la primitiva ermita de San Cristóbal en 1885 que sería derribada al inaugurar esta nueva iglesia el
19-3-1904.
He aquí la descripción del acto: “A las doce de la mañana del día 4 de mayo y
año 1903, los que suscriben, vecinos y moradores de la Villa de Portugalete y
de estos barrios de Rivas y Repélega, hoy jurisdicción de Santurce-Antiguo,
precedidos del presbítero, Capellán y Maestro de los mismos, don Agustín de
Gárate y Zubillaga, del Concejal don Domingo de Arisqueta y del Alcalde de
Barrio don Domingo de Andicoechea se congregaron en una heredad que está sobre
la campa de San Cristóbal, del barrio de Repélega con el fin de inaugurar las obras
de una iglesia bajo la advocación de San Cristóbal y en terreno donado por don
Luis de Salazar y Zubía, se propone edificar a sus expensas don Juan Vicente de
Durañona y Santa Coloma, vecino de Portugalete y natural de este lugar de
Rivas.
Terminadas
las oraciones que el sacerdote don Agustín y los fieles concurrente elevan al
cielo en acción de gracias por la dedicación de la iglesia que hacen sus
bienhechores, procédese a colocar dentro de una cajita de hojadelata,
juntamente con el presente ejemplar de esta acta, pues la otra copia, en
testimonio de agradecimiento, se entrega a don Alejandro de Gandarias, para que
a su vez la ponga en manos de su tío don J. Vicente, varias monedas de la época
presente, de plata y cobre, un poco de mortero, unos pedacitos de tejas y
efectuado, se cierra dicha caja y se empotra en una piedra arenisca, se tapa
con una piedra, quedando situada en el centro del ángulo N.O. del frontis de
este templo.
De
paso se hace constar que la piedra arenisca en que va empotrada la caja de
hojadelata, el mortero y pedacitos de tejas en ella encerrados, fueron hallados
con otros restos análogos de edificación de que no se tiene noticia ni
tradición alguna en estos barrios, a unos ochenta centímetros del nivel del
suelo o superficie de la heredad al excavar los cimientos del sitio en que va
colocada la piedra que conmemora estas obras”.
Izaga añade que “Se llevaron a cabo las mismas con tal celeridad que el 19 de marzo de
1904, festividad de San José, Patrono Universal de la Iglesia, se abrió al
culto público con tan gran brillantez como concurrencia de fieles”, según
nos muestra la foto superior coloreada por Andoni Maseda.
Ocupa
una superficie de más de 950 metros cuadrados.
En
cuanto a la jurisdicción eclesiástica, acudieron al Obispado los vecinos de
Repélega en súplica de que les incluyeran como feligreses de Santa María de
Portugalete, no sólo en atención a la proximidad con nuestro pueblo y sus
comodidades inherentes, sino por razones que se desprenden de esta devoción,
herencia y patrimonio del mismo. Reconociéndolo así los señores curas de
Portugalete y del concejo de Sestao, informaron a la vez el expediente que se
elevó al Obispado en sentido favorable”.
“A
la sazón se mantenía lozana la antigua ermita. Pasaron los años y ya en estado
totalmente ruinoso, tan pronto como se bendijo la nueva capilla, fue el párroco
don León Fernández el que con autorización expresa de Sr. Obispo, dio las
órdenes convenientes para proceder a su demolición y evitar con ello
profanaciones en un recinto donde se concentró durante tantísimos años la advocación
a San Cristóbal en aquellas pintorescas latitudes”.
Suscribieron el documento algunos de los
asistentes al acto: Alejandro Gandarias (sobrino de Juan Vicente de Durañona),
Domingo de Aresqueta (Alcalde de Barrio), Domingo Andocoechea (Concejal), Agustín
de Gárate (Capellán y Maestro), Gaspar Aroma Ercilla (sospecho que fuera en
constructor de la capilla), Miguel Landeta, Casimiro Fernández, Juan Menchaca,
Benjamín Vizcaya, Marcelino Maruri, Benito Andicoechea, Darío López, Alejandro
Andicoechea, César Arechavala y Jesús Aguirre.
En las imagenes de Páramo pertenecientes
a los fondos de la Fundación Sancho el Sabio, se aprecia junto al altar lateral
de la Virgen de Lourdes que fue donado por Dª Saturnina de Balparda, una
segunda imagen de un bigotudo San Cristóbal y el Niño Jesús con faldas, con sus
andas procesionales que seguramente provenían de la antigua ermita, ya que la
del altar mayor (la actual), sus imágenes, el altar lateral del Cristo
Crucificado (el actual), la hornacina de San Cristóbal,
el pequeño retablo de la sacristía, etc., fueron donados por Dª Josefa de
Durañona.
JOSÉ LUIS GARAIZABAL FLAÑO
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