Hemos recibido del artista portugalujo
Mikel Torka, que poco a poco se va recuperando de sus problemas de salud
gracias a los cuidados de su mujer y a que la pintura le está sirviendo de
terapia de rehabilitación, una preciosa pintura de la casa que hasta finales
del siglo XIX se levantaba en el solar colindante a los restos del antiguo
Portal de San Jorge, apelativo que también se aplicó a la casa. Ambas se
encontraban en la confluencia de las Atarazanas, cantón de Santa Clara y calle
de la Barrera.
Recreada en base al plano que levantara
Francisco de Berriozábal de 1889 (AHMP C097-092) para solicitar la apertura de
huecos en la fachada principal al Cantón de Santa Clara donde se pueden
apreciar elementos de las trazas antiguas de la casa: Arco apuntado en la
entrada y dos saeteras en la planta baja, así como un añadido de fecha
desconocida (no pintado) que llegaba hasta el Portal. A la derecha del plano
aparece una sola pilastra rematada por un pináculo que procedería de la época
de 1758 en la que se reformó dicha puerta o portal.
Veamos qué datos aparecen sobre estos
dos elementos. Sobre la casa, podemos decir que ha sido confundida con la Torre
que levantara a escasos metros Iñigo Sáez del Casal y de la que ya dimos cuenta
en este blog. Por la documentación aportada por el solicitante de esta reforma,
José Bilbao, vemos que la anterior propietaria fue Josefa de la Hormaza y
Valdivielso y que el documento más antiguo aportado por Justa Valdivielso
databa del 8-9-1730. Sin embargo y por un testamento de 1638, sabemos que
existió “una casa con su bodega y lagares
y su sobresala que están en el cantón
que se va a Santa Clara y linda con otra de Juan de Larana y Agustina de
Larrea, y con la muralla y ronda de
dicha Villa…” y no es aventurado pensar que se tratara de la casa
estudiada.
De planta trapezoidal con una fachada
delantera que iba adelantándose en los dos pisos superiores y una trasera que
fue levantada sobre la antigua muralla. Lindaba por el este con la antigua casa
del Cabildo y que pasó a Juliana Viar al adquirirla al Estado
En cuanto al portal de San Jorge, vamos
a recurrir al libro “La muralla de la
Villa de Portugalete” de Aitor González Gato (2015) y a los libros de la
Colección El mareómetro (1995-2004-2009). En ellos le vemos ya citado en 1487: “Portal
de la cerca de las Varreras” y también sabemos que en 1558 se colocaron
puertas en los portales de la Villa. En 1575 se les permitió a las monjas de
Santa Clara abrir una puerta, sin cerradura alguna y para una sola persona,
para poder comunicar la Villa y el convento. No se sabe su localización, pero
tal vez fuese un portillo en la puerta principal de madera.
En 1655, aparece citada de nuevo al
producirse la caída de la muralla entre la Puerta del Cristo y la de San Jorge.
Ignacio de Izaga narró como a raíz de un pleito por el paso de los cadáveres
por la calle del Medio y Santa Clara camino de Santurce, un testigo afirmó en
1664: “yo he visto a la villa de
Portugalete con cuatro marcos de puertas, la
primera hacia el camino de Santa Clara, sobre la que estaba la efigie de San
Jorge… etc”. No sé si será esta imagen la que según la tradición
robaron las viejas de Santurce…
Casi cien años después, en 1758, la Puerta de San Jorge sufre una reforma
otorgándole seguramente el aspecto que refleja el plano citado de 1889 con si
pináculo y bola sobre el pilar: “…y amás
de ello queda de su cargo y obligación el reparar de cal y canto con buenas
posaderas los extremos de paredes en que estribaba
la Puerta de San Jorge, que corresponde a la calle de la Barrera y salida
para el convento y concejo de santurze y poner
en uno y otro extremo dos bolas de sillería a proporción de la escala de
dicho solar”.
Nuevamente en 1764, durante el apeo de
la Villa, se habla de la muralla aunque no de la puerta, citándose: “Seguimos por la citada plazuela hasta llegar
a los muros de la villa y sin entrar en
ella seguimos por un callejón llamado las Tarazanas, que por la mano derecha se
halla la citada muralla y por la izquierda distintas tapias de piedra
mampostería, diferentes huertas de diferentes vecinos y a corta distancia, a la
citada mano, una casa de Vicente de
Larrinaga (seguramente la casa actual de Atarazanas nº 2) y las
traseras de tres casas que sus fachadas tienen por dentro de esta villa (Torre
de Iñigo Sáez del Casal, Cabildo y San Jorge)…”.
Aún existía en pie en 1834 durante el
sitio de Cástor Andechaga, ya que una narración del ataque cita las puertas de
la villa como Cristo, Torre, Ribera
y entre ellas la de Santa Clara: “…En el
mismo momento que esto pasaba en la puerta referida del Cristo, el enemigo
reforzaba su ataque con más vigor por la puerta de Santa Clara…”.
Como curiosidad diremos que durante la
segunda guerra carlista el paso o calle de las Atarazanas estuvo cerrado con
pared y puerta en el frente oeste, a la altura de la
actual Atarazanas nº 1, imposibilitando el paso por esa calle.
Lo que sí está claro, es que en 1878 ya
no existía el Portal tal y como demuestra el plano de Manuel Otaduy. Tan solo
quedaba el espolón que unía la casa de San Jorge y el pilar del portal del
mismo nombre. En un acta que levantó Juan Braulio de Butrón en 1879 (con el
croquis adjunto) se dice que “por el
extremo N-O, EL MURALLÓN describe
una curva muy pronunciada y la distancia al referido caño es de 8 o más pies,
que son de aplicar a la casa.
Los
tres pies del acuerdo llegado tras haber levantado una tapa del caño, ha de
entenderse en toda la longitud zaguera hasta la ESCALERILLA o un SILLAR en
forma de peldaño que hace oficio de GUARDA
RUEDAS y termina en la divisoria con la viuda de Viar”. La parte
exterior de este pilar de la puerta y resto de muralla llegaban, más o menos, hasta la mitad de la
calle de la Barrera, por cuya otra mitad (hoy escaleras mecánicas) corrió en su
momento el río Chico que después se convirtió en una cloaca al aire libre al
recibir las aguas de la parte extramuros, antes de su soterramiento. La pasada
tormenta del día 8 nos recordó con sus desbordamientos, por donde corren las
aguas en las Atarazanas (Tarazanas o Taranzanas).
Tras varios pleitos (1889-1892) con Miguel
Armona (Atarazanas nº 2) por la cercanía y altura de la casa que se pretendía
construir, se tira por fin y Juliana Eguzkiza (Vda. de Viar) se lanza a
reconstruir la casa colindante (antigua del Cabildo) deseando comprar parte del
solar de la antigua casa de San Jorge. En 1893, tras varias modificaciones del
proyecto y permutas, llegan a un acuerdo todas las partes y se levanta la nueva
casa de Santa Clara nº 5, urbanizándose el terreno sobrante con la terraza y
escaleras que han llegado hasta nuestros días.
JOSE
LUIS GARAIZABAL FLAÑO
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