Hoy es Daniel Docampo quien completa un poco más la figura de este personaje:
“Mateo de Amusquíbar no ha pasado a la historia de Perú precisamente como un hombre célebre. Aunque nació en Bilbao, sus padres fueron vecinos de la Villa. En Francisco Moyen o lo que fue la Inquisición en América (1868) de Benjamín Vicuña Mackenna encontramos el dato:
“Era este clérigo natural de Bilbao, según consta en su testamento, y fueron sus padres don Domingo Amusquíbar y doña María de Aroma, Ochoa de Recalde, ambos originarios del lugar de Portugalete en España” (p. 94).
Estudió Derecho canónico en la Universidad de Valencia entre 1730 y 1735 ejerciendo la abogacía de 1738 a 1740 fecha en que se ordenó presbítero y con tan sólo 26 años fue nombrado fiscal de Tribunal de Lima. A partir de 1744 y hasta su muerte en 1763 desempeñó el cargo de Inquisidor del Tribunal de Lima con no pocas polémicas, entre ellas la acusación de ser el cabeza pensante de extender el miedo a la ciudad de Lima por medio de unas supuestas revelaciones de varias religiosas que vaticinaban la destrucción de la ciudad por la ira de Dios.
Además de diversas disputas con eclesiásticos, desatendió en varias ocasiones su oficio dilatando, por ejemplo, doce años el juicio de un famoso reo llamado Francisco Moyen acusado de hereje por algunos comentarios hoy en día risibles y no se privó de ningún lujo en su vivienda”.
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