Aprovechando que el Ayuntamiento
inauguró el 19 de julio último la fase 2 del Parque Azeta, Tasio Munárriz, que
continua con la venta de su libro República
y guerra en Portugalete, nos envía una pequeña memoria sobre sus
antecedentes.
Durante muchos años estuvo
prohibido el paso público entre Portugalete y Sestao por esta zona.
En 1870 la empresa “Urigüen
Vildosola Coste y Cía” inició la construcción del “Ferrocarril (minero) de
Galdames a Sestao”.
En 1871 construyó un muelle en la
dársena de “La Benedicta” ganando terreno al mar para instalar el cargadero de
mineral. El Estado concedió la propiedad de esos terrenos a la sociedad citada,
aunque debían estar sujetos a la servidumbre de los servicios públicos de
vigilancia.
En 1883 la compañía minera
“Bilbao River and Cantabria Railway”, explotadora del mineral de la zona de Galdames,
se hizo cargo de la empresa y del ferrocarril.
El trazado total del ferrocarril
fue de 21 km.
y atravesaba por medio de un túnel de 620 metros los barrios
de Azeta, Abácholo y Galindo hasta llegar a Trapagarán. Este túnel todavía
existe y es uno de los aspectos más curiosos del nuevo Parque de Azeta y por
donde llegará el bidegorri que nace en la playa de La Arena.
En la guerra fue utilizado como
refugio contra los bombardeos.
En la imagen se aprecia la luz
del final del túnel. Aunque el ancho de vía era muy estrecho (1,150 m), para vagonetas
mineras, por la boca cabe un camión.
Los distintos ayuntamientos (de
la dictadura de Primo de Rivera y de la República) querían que el paso entre
Portugalete y las fábricas de Sestao fuese libre, pero la compañía minera lo
impedía, argumentando que el uso público se reducía a labores de vigilancia no
de paso libre. Cedía en todo caso una faja de terreno para el libre tránsito a
cambio de una indemnización. El ayuntamiento republicano en 1931 estuvo
dispuesto a un acuerdo amistoso pero sin indemnización. Al final no se llegó a
ninguna solución.
El ferrocarril llegó a
transportar 800.000 toneladas anuales de mineral de hierro y calizas en los
años 20. Después, las minas se fueron agotando y en 1939 la Diputación se hizo
cargo del ferrocarril.
Babcock Wilcox la adquirió en 1943. Dejó de funcionar en
1969.
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