Mikel Torka nos envía periódicamente sus trabajos recreando el pasado urbanístico de
nuestra Villa, algunos de los cuales hemos ofrecido en este blog. En función de
los nuevos estudios o investigaciones suele volver sobre ellos realizando
modificaciones, como es el caso que nos ocupa y que ya reproducimos en su día, referido
a las torres de la calle del Medio.
Le pedimos a Aitor González Gato,
autor de varias obras sobre el tema, que nos escriba unas líneas sobre el mismo
y nos dice lo siguiente:
El dibujo nos reproduce el
hipotético aspecto que presentaba la Plaza de Portugalete en el siglo XVII,
ubicada en plena calle del Medio. Este era, en efecto, el lugar donde se
comerciaba en aquel entonces, pues el Solar aún estaba ocupado por la batería
de su nombre. Tenemos varios documentos del siglo XVII (algunos menos del
XVIII), donde se cita este entorno simplemente como “la Plaza de la villa”,
lugar que originalmente era más ancho de como lo vemos hoy día y donde
instalaban sus puestos las regateras, pescaderas, panaderas, etc., como refleja
el dibujo. Paulatinamente estos comerciantes fueron bajando al Solar, lo que
propició que nuevos edificios fueran constriñendo el espacio, por lo que hoy
nadie diría que aquí existió una plazuela.
A la izquierda tenemos la que en
1511 es citada como la Torre de Tristán de Salazar de Galindo. En 1566 el
Ayuntamiento pide a su entonces propietario, Ochoa de Larrea, que repare las
tapias del patio de la torre que daban al cantón de las Panaderas. Pero lo que
hizo Ochoa fue ampliar la torre hasta dar con el mismo límite de dicho cantón.
Este edificio es el que ha llegado a nosotros como el n.º 17 de la calle del
Medio. Quizá su actual reboque oculte algunos vanos de ascendencia medieval.
A la derecha tenemos la Torre de
Íñigo Sáez del Casal, quien fue alcalde de la Villa a fines del siglo XV. En
1643 la compra Juan de Vallecilla a los herederos de Pedro de Santurce,
describiéndose del siguiente modo: “...sita en la calle de Medio de
Portugalete (…) (limita) por la delantera y parte de abajo la calle de
Medio y cantonada que se pasa a la de Coscojales (…) la cual está sin
cerradura, maderamen, teja, ni cobertura alguna, inhabitable y de ningún
provecho, y de arreglarla costaría más de 500 ducados…”. En las
excavaciones arqueológicas que se hicieron previas a la construcción del actual
edificio, no se encontró ni rastro de esta torre, por lo que debió de ser
arrasada hasta sus cimientos.
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