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domingo, 26 de noviembre de 2023

LA PLAZA DEL CRISTO EN LA ENTRADA DEL SIGLO XX: EL PALACIO DE MIER



Siguiendo con el tema de la plazuela del Cristo al comenzar el siglo XX, traemos hoy el segundo edificio emblemático que existía allí y que era el palacio de Sotera de la Mier

Hace un mes decíamos que no conocíamos ninguna fotografía de este edificio por lo que recurrimos solamente a sus planos. Había sido restaurado tras la guerra carlista según proyecto de Francisco Berriozabal y en 1886 fue Julio de Saracibar quien a instancias de Sotera de la Mier, le había modificado las fachadas, dándole forma de un palacio neorrenacentista con un gran torreón lateral. En 1912 sus entonces propietarios, los herederos de doña Sotera, el matrimonio de Rafael Chapa y Genoveva Arisqueta, encargaron nueva reforma al arquitecto Manuel Mª de Smith que es “la casa de Chapa” que algunos hemos conocido.

La foto que hoy encabeza esta entrada, tomada de la original que nos ha cedido Jose Mª García-Borreguero, Cheché, de sus fondos familiares y que utilizamos también para presentar al farmacéutico fundador de la dinastía, la utilizaremos íntegra en nuestro próximo libro de la Colección El mareómetro, sobre Portugalete en las décadas de 1900-1920.
Publicado el 10 de julio 2013

lunes, 18 de noviembre de 2013

LA PLAZA DEL CRISTO EN LA FOTO GANADORA PRIMER PREMIO FOTOS ANTIGUAS DE PORTUGALETE


 Han sido muchos los que ante la foto del Cristo, ganadora del premio 2013 de Fotografías Antiguas de Portugalete, nos han trasladado su extrañeza ante la misma. Por ello hemos pedido a José Luis Garaizabal que analice y explique la misma, colocando por nuestra parte a la derecha de la foto otra de los años 60 de la Casa de Chapa, que sirva de comparación
Nos dice lo siguiente:

Mirando la foto con detenimiento, podemos destacar en primer lugar la composición. A la izquierda tonos claros debidos al sol que incide en la casa de Borreguero y el “cuartelón”, que son atenuados por el zócalo oscuro que llega hasta las ventanas. Al fondo el palacio de Mier con luces y sombras debidas a la posición del sol y el suelo totalmente soleado de la Plazuela del Cristo. Todo ello contrasta con las zonas oscuras del suelo terroso de la carretera, surcadas por los dos raíles brillantes del tranvía y la casa de Laureana Mentxaka. Para que todo tenga su punto de misterio vemos al fondo los terrenos de Félix Chávarri con esos soportales o lonjas.

Desde el punto de vista humano, vemos en el centro y en primer plano, a dos mujeres con un coche de niños. Ambas visten de largo-largo, con dos faldas oscuras hasta los pies y la de la derecha, con delantal blanco al viento, acicala a uno de los dos niños que están en el interior del capazo. La de la izquierda, con su moño, mira cariñosamente al mayor de los niños, que parece una niña con tirabuzones. Destaca el cochecito, totalmente metálico, con armazón profusamente decorado. Su sombra se proyecta contra el suelo de losas y la fachada de la botica, que ocupaba el local de esas dos ventanas. Y ya que hablamos de la botica, sobre la puerta vemos el pomposo cartel con la leyenda “FARMACIA DE GARCÍA-BORREGUERO”.
Tras estos cuatro personajes, hay otra mujer con un niño colocado sobre su cadera izquierda, lo que provoca su postura inclinada hacia la fachada. Su sombra se proyecta sobre una valla que separaba esta casa de la del “cuartelón”, espacio que hoy ocupan las escaleras de bajada a la Plaza de la Ranchería y al recordado Metro.

Como curiosidad, diré, que en mi casa tenía oído que el apelativo de El Metro se lo dio el tío de mi aita, Andrés Miguel, por su intrincado acceso desde la terracita a la que se accedía desde el descansillo de esas escaleras y que recordaba al acceso al metropolitano madrileño que él había visitado en uno de sus viajes a la capital.
En la zona límite de la sombra, posan cuatro críos con sus pantalones cortos y otras dos o tres misteriosas personas parece que se dirigen vías arriba.
Es curioso como aun hoy seguimos poniéndonos el apelativo de “las vías p’arriba” o “de las vías p’abajo’ cuando queremos fardar de nuestro barrio de nacimiento.
Justo en la esquina del que fue el Bar Aurelio, tres hombres charlan descuidadamente sobre un rail y un cuarto asoma tras el altísimo poste, con una postura que parece indicar que se dirige hacia el Casco Viejo.

El palacio del fondo lo dice casi todo, por la majestuosidad de su fachada de piedra de sillería, con su torre en la parte derecha que está coronada por un tejado piramidal cubierto de pizarra que fue sustituido en 1912 por el que todos conocimos (los viejos).
También destacan los escudos de su fachada. El superior, que no se salvó de la piqueta en 1968, mostraba en un recuadro una ballesta y carcasa con flechas acoladas a un escudo circular con jinete con capa al viento montado en airoso corcel, portando espada en su diestra. Además mostraba piezas sueltas como un yelmo, mascarón, filacteria, tambor y una posible trompeta. (Ybarra)
En el plano 1886 que acompaña a una solicitud de modificaciones, deja entrever bajo lo que parece otro escudo diferente, con cuatro cuarteles, la cifra de 1818, que podría corresponder al año de construcción o a otra reforma.
Sobre la puerta de entrada, el escudo de los Asturias-Muñatones flanqueado por dos pergaminos pétreos con la leyenda AVE MARIA y que se pueden ver en la fachada sur del Centro Cultural Santa Clara.
Esta entrada tenía un antuzano protegido por altas verjas y dos columnas de piedra coronadas por sendos tiestos, sujetaban imponente puerta de forja. Dos bancos de piedra y respaldo de forja unían estas columnas con la fachada del palacio.
Llama la atención en la fotografía, el que el primer piso esté con las cuatro puertas de los balcones abiertas de par en par, así como el garaje. Las del segundo piso están cerradas a cal y canto, lo que hace suponer que no estaría habitado.

Como ya he dicho antes, al fondo se ve la finca propiedad de Félix Chávarri, o Féliz como escribían en la época, que supone un misterio para mí, ya que sobre la verja de entrada que hoy en día sigue dando acceso a “las javerianas”, figuran las siglas F. CH., siglas que pueden indicar que Chávarri tenía algún edificio en la finca o disposición a construirlo antes de vendérselo a la familia Carranza. No sé si sobre ese área, de nivel más bajo que el resto de la finca, existió alguna construcción sobre los soportales o lonjas que se ven a la derecha de las escaleras de acceso.

Y para terminar, queda la carretera que es de tierra, en la que están plantados cuatro árboles con sus tutores. Una cuneta de adoquines la separa de la acera.
Como ya he dicho antes, la cruza la línea del tranvía y que al no tener catenaria, nos indica que corresponde a la primera línea de motor de sangre, de la Compañía del Tranvía de Bilbao a Santurce y que en Noviembre de 1882 negociaba con el Ayuntamiento y Diputación el reparto de costes de las obras que eran necesarias para el adoquinado y levantamiento del terreno en la zona del Cristo. No es hasta 1885, cuando se realizan las obras y la empresa mostraba su inquietud por que el servicio no se viera interrumpido por las mismas, exigiendo que se colocaran tablones entre los raíles para facilitar el tránsito de las caballerías que tiraban de los carruajes-tranvías. En 1894 se pasaría al sistema de motores eléctricos.


martes, 16 de julio de 2013

LA PLAZA DEL CRISTO EN LA ENTRADA DEL SIGLO XX: LA CASA DE VICUÑA (ANTIGUA TORRE DEL CORONEL)


Finalizamos hoy con el cuarto edificio importante que existía hace un siglo en la plazuela del Cristo.
Se conserva la foto superior derecha, del archivo fotográfico de José Lecue, que parece presentar dibujos en su fachada al estilo de los palacios de algunas zonas de Bizkaia, y de su mano y letra dice que es el antiguo palacio de Salcedo enclavado en la finca “la Coronela”, que pasó a ser propiedad de la familia Vicuña.
Efectivamente, unos siglos antes fue la famosa torre del Coronel, en el exterior de las murallas (a 9 metros) al igual que la ermita del Santo Cristo, perteneciente a Ochoa de Salazar, coronel y Comendador de la Orden de Santiago nacido en 1509. En siglos posteriores llegó a estar en ruinas, en el siglo XVIII, pertenecía a José Ventura de Salcedo y en el siglo XIX era propiedad de Rosa Lazcano casada con el guipuzcoano Millán José de Vicuña. En ella falleció en 1890 Gumersindo Vicuña uno de los grandes personajes de la historia portugaluja.
Derribada en la primera década del siglo XX, sobre su solar levantó Santos Zunzunegui el edificio en chaflán entre el Ojillo y la calle Correos.
En la foto superior izquierda, desaparecida ya la ermita del Cristo, tras la banda de música a la entrada del Ojillo, el edificio aparece cubierto por el arbolado.

El plano bajo estas líneas, nos muestra que además de la casa, la familia Vicuña tenía una amplia huerta en el Ojillo.


jueves, 11 de julio de 2013

LA PLAZA DEL CRISTO EN LA ENTRADA DEL SIGLO XX: LA ERMITA DEL SANTO CRISTO DEL PORTAL



Hoy seguimos con el tercer edificio emblemático que formaba parte, hace ya más de un siglo, de la portugaluja “plazuela del Cristo”. Tenemos que adelantar que no conocemos ninguna fotografía de la misma pero al igual que nos pasó hace un mes con el palacio de Mier, tenemos el intimo deseo de que en cualquier momento aparezca entre las fotografías que en viejos fondos fotográficos de familias portugalujas van apareciendo.
Hoy recogemos los planos del proyecto de restauración de la misma en 1892 obra de Francisco de Berriozabal, motivado al parecer por el mal estado de conservación que presentaba la querida ermita.
El Santo Cristo (hoy en la basílica) estaba sobre el altar y en los laterales San Roque y Santa Agueda. San Roque se había quedado sin su ermita en el alto de su nombre a principios del siglo XIX y los vecinos querían que volviese a disponer de una nueva, así que el ayuntamiento decidió abrir una suscripción pública en la que se admitía el trabajo personal o con caballerías, para preparar el terreno en el que se hallaba el fuerte militar. Mientras tanto realizó el citado proyecto de restauración que no se llegó a llevar a cabo.

Nuevamente unos años después, en 1909, es Emiliano Pagazaurtundua el que realiza un nuevo proyecto (bajo estas líneas), modificando ligeramente la planta de la ermita (a la izquierda aparece su planta real) a la que cita como capilla de San Roque. Como estamos fuera de nuestro domicilio habitual, pasando el verano, al igual que nuestros colaboradores habituales en este tema, Roberto o José Luis, no recordamos los motivos exactos que se esgrimieron. Su gran deterioro, la parada de las diligencias con sus caballerías delante de su entrada, con los consiguientes excrementos, o el entorpecer este centro de comunicaciones, debieron decidir que lo mejor era demolerla, así que se hizo rápidamente y el año siguiente el día de San Roque  de 1910 se inaugura ya la nueva ermita, dedicada al santo patrono, en la campa del lavadero. La imagen del santo desapareció.


martes, 9 de julio de 2013

LA PLAZA DEL CRISTO EN LA ENTRADA DEL SIGLO XX: EL CUARTELÓN



Empezamos hoy a analizar cómo estaba la denominada “plazuela del Cristo” en la entrada del siglo XX. Llamada así por encontrarse en ella la ermita del Santo Cristo del Portal, se había convertido, en el centro neurálgico de la Villa, donde se ubicaba la parada del tranvía de Bilbao a Santurce, o de las diligencias que la unían con el interior de las Encartaciones o Cantabria.
El plano que recogemos de 1891, existente en el AHM (C 91 n 23) nos muestra sus cuatro edificios más destacados: El palacio de Mier, la ermita del Santo Cristo, el palacio de Vicuña (antigua torre del Coronel) y el cuartel.
Los próximos días hablaremos de los primeros y hoy junto a dicho plano, mostramos este último edificio, conocido entre los portugalujos como “cuartelón”.

Jose Benito López Okariz, nos decía de él:
A este antiguo edificio los portugalujos lo llamábamos “el caserón” o “el cuartelón”, los dos calificativos estaban justificados, primero fue casa solariega de la familia Sarría, y luego por circunstancias de trágicas guerras pasó a ser cuartel militar; pero también tuvo otros usos y sirvió como escuela pública y como caserón grande que era, sus lonjas y plantas funcionaron como dependencias municipales de alhóndiga, parque de bomberos, fielato, y guardia municipal.
En la segunda guerra carlista en 1873 quedó destruido y terminada la misma se decidió establecer una guarnición militar en Portugalete y el pueblo -por ley- tenía obligación de hospedar a soldados y mandos.
Reconstruido en 1876 por él pasaron distintas agrupaciones militares. Los más conocidos fueron el Batallón de Barbastro y el Batallón de Segorbe. Pero la cosa no sólo fue trasformar el edificio en cuartel capaz de albergar 300 personas a expensas del pueblo, sino además el Ayuntamiento (la Villa) suministraba a la tropa raciones de pan, carne y vino.

El Cuartelón desapareció en 1942, pero su parte trasera, la plaza donde los soldados recibían su rancho diario, se siguió llamando la Plaza de la Ranchería.