Malas Costumbres (apuntes de mi tiempo), fechado en 1880, fue compuesto por el periodista, escritor, poeta y dramaturgo Eusebio Blasco (1844-1903) reuniendo artículos dispersos de diferentes épocas “siendo una sucesión de impresiones producidas por las costumbres del mundo en que vivo”. En uno de los escritos, El Mundo, satiriza las grandes maletas o baúles que las mujeres llevaban en los viajes. Cuenta la anécdota de su encuentro por dos veranos consecutivos con un hombre que no había llevado a su esposa con él en el periodo de asueto:
“Hace dos años encontré en San Sebastián a un marido solo:
- ¿Y la señora?
- Se quedó en Madrid porque está enferma. El médico le ha prohibido el movimiento de los trenes…
El año pasado volví a encontrarle en Portugalete, solo.
- ¿Y la señora?
-No se ha resuelto a salir de Madrid por tan pocos días”.
En realidad, según Blasco, usó esa excusa porque salía muy caro rellenar el baúl de ropas y demás abalorios para lucirlos en los lugares de veraneo prefiriéndose que, al menos, uno de los dos se sacrificara en pos de aparentar solvencia económica.
Si se trata de una anécdota real, no podemos confirmarlo ni el hecho de que visitara Portugalete. Eusebio Blasco solía frecuentar San Sebastián, a la que llama “la ciudad del ruido”, donde suele quedarse “a pasar la otoñada” y algunos de sus artículos están firmados ahí y su pomposo poema Las Ferrerías está fechado en Bilbao en 1875. Dada su afición a los viajes –dedica muchas páginas a hablar de sus salidas a Francia, Alemania, Italia, Suiza o Egipto- y su paso por Bilbao, casi damos por segura su visita a nuestra Villa. Lo que sí queda claro, es la importancia que de la que gozó como lugar de veraneo.
Eusebio Blasco fue un escritor muy prolífico pese a su agitada vida y muy original, quizás causa de ello. Como un personaje de una de sus Comedias se podría decir: “Sé bien el francés, /no hablo mal el italiano, / sé cual nadie el castellano, / y, sobre todo, el inglés. Monto, bailo, canto, tiro, escribo algún folletín, y sin ser un figurín / visto de moda”. De especial interés son sus cuentos y sus memorias donde plasma su gran amistad con Bécquer, Emilio Arrieta y Adelardo López de Ayala –personajes ilustres que pasaron por Portugalete, como ya hemos anotado en otra ocasión.
Daniel Docampo
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