José Luis Garaizabal, que en su día nos facilitó la foto de
la Diana en 1968 al paso bajo su domicilio de la calle maestro Zubeldia, actualmente convaleciente de una pequeña intervención quirúrgica que le tiene
estos días inmovilizado, y que deseamos que pronto sea un recuerdo, nos envió
el siguiente correo:
Al cumplir con la visita diaria al blog, veo que insertaste
mi comentario sobre las cañas de la diana, con mi recomendación de rescate de
este instrumento como parte peculiar de la misma, precisamente este año que se
cumplen 45 de nuestra salida por las calles de la villa y 50 de nuestro
nacimiento (el del ELAI ALAI). El DANOK BAT ya lo hizo así en los años 45, 46 ó
47.
He recordado cómo en un trabajo del musicólogo Juan Mari
Beltrán publicado en el número 51 de la colección Lankidetzan y también en:
se habla de este popular instrumento que pertenece a la
familia de los membranófonos y recibe el nombre de MIRLITÓN.
Se solía fabricar con caña o con rama de saúco al que se le
debía extraer la médula blanca. En euskera se le denomina TURUTA o TULURTEA.
Hoy en día, cómo no, los hay de plástico o metálicos a los que se denomina
KAZOO, pero que no tienen nada que ver con nuestras humildes cañas.
Estoy seguro que muchos de nosotros hemos fabricado alguno
de los instrumentos que detalla Beltrán y sobre todo los silbos fabricados con
los güitos de los albérchigos, tras una laboriosa sesión de raspado en una
piedra arenisca a la que de vez en cuando se escupía, y la posterior extracción
de la semilla con un clavo o similar.
También me ha venido a la memoria, como en la Fiesta de La
Cruz que organizamos en el callejón todos los chavales de Zubeldia y de la Cruz
en los años sesenta, antes de que se organizaran en la Ranche y al que haces
referencia en tu artículo insertado en la Biblioteca Digital, dimos un
pasacalles anunciando los festejos a los sones de las cañas (mirlitones), que
en aquellas fechas los fabricamos con mangos de escoba y el reglamentario papel
de fumar de ZIG ZAG, tocados con un humilde sobrero de papel de periódico y
supervisados por la atenta mirada del temible Anero…
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