En unos años en los que el régimen tenía serias dificultades en sus relaciones
exteriores, la organización en la Villa de una competición entre la selección
vizcaina de atletismo y el equipo francés de Tarbes, uno de los más importantes
de su país, tuvo una gran repercusión.
La foto superior nos recuerda aquella reunión atlética, con el equipo
vizcaino y las pruebas de salto de altura (la ganó el francés Roques) y la
llegada de Hilario Ibarrola. En el paisaje recordamos al fondo junto a su
palmera, la clínica del Doctor Savin, y enfrente el convento de las Siervas de
María, cuando el Ojillo se empezaba a construir en su parte alta.
La presencia del recordman francés de los 100 m . Rene Valmy, o de
Ernest Wanko, atleta de color, causó gran impresión. Por nuestra parte
destacaron Alberto Díez, Félix Erausquin y Salvador Vadillo.
Ese mismo año, en noviembre, aprovechando que el equipo finlandés se
encontraba en Barcelona, se consiguió que actuase en San Roque, en medio de una
extraordinaria asistencia de espectadores, expectantes de poder ver a aquellos
extraordinarios campeones.
Entre los vizcainos, además de Erausquin, Apellaniz, Laprada, Manzano o
Echeandía, surgió la sorpresa de Dimas Ramos, que siendo junior batió la marca
absoluta vizcaína de 3.000 m .
lisos.
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