jueves, 27 de octubre de 2016

EL JUEGO DE BOLOS A CACHETE EN PORTUGALETE (1)



Acabado el repaso a los juegos de bolos en el siglo XIX en Portugalete, me he animado a investigar un poco en busca de más datos sobre este juego y en especial sobre otra modalidad de juego de bolos como es la de CACHETE, que conocimos en nuestros años mozos en Urioste (foto superior, el gran campeón de Urioste y portugalujo de adopción, Ino Zamarripa, en el carrejo antiguo de Urioste).
Según recogen tres estudios, uno de Enrique Ibabe y Juana Lujanbio, BOLU JOLASA KATXETE ERARA en el Boletín KOBIE nº 2 de 1987, otro en un estudio monográfico de Carlos Glaria sobre ETNOGRAFÍA DE LAS ENCARTACIONES DE BIZKAIA, Juegos de Bolos tradicionales – Valle de Somorrostro y Anteiglesia de Barakaldo, Tomo 35 de Eusko Folklore (1988), y un tercero en la Enciclopedia Auñamendi en un trabajo de nuestro añorado Alberto G. Etxarte, el juego de bolos a cachete es una modalidad propia del Valle de Somorrostro y la Anteiglesia de Barakaldo, que tal como detalla el plano de Glaria, coexistía con la modalidad de PASABOLO.
En muchas barriadas y pueblos existía junto a alguna tasca, txakoli o sidrería, un carrejo en el que pasar el tiempo después de las duras jornadas laborales en las minas, fábricas o en las labores agrícolas-ganaderas. Casi siempre había de por medio una apuesta en forma de consumición que se debía liquidar al finalizar la contienda. El arraigo de este juego se demuestra al figurar en los programas de fiestas de San Cristóbal, tanto de Santurtzi hasta la anexión en 1933, como después en los de Portugalete hasta al menos 1947.

Para esta modalidad, se necesita una gran fuerza y pericia, pues el juego consiste en lanzar una bola de madera de unos 3,5 a 4 Kg. de peso con el brazo estirado a modo de dar un cachete, contra un grupo de seis bolos, con forma de tonel hasta los años 30 y de forma esférica en la actualidad, pero achatados por los polos, de 1 a 1,15 Kg. cada uno, de forma que se mantengan sin rodar sobre una superficie inclinada de madera, conocida como “taco”, y que como consecuencia del impacto de la bola lanzada desde el “tire” saldrán despedidos hacia un terreno delimitado por dos semicírculos concéntricos de unos 10 y 20 metros de radio, cuyo centro será el “taco”. La primera condición para que la tirada sea válida y no sea “chorra”, es que la bola pase de la primera línea y entonces se contará un punto (bolo) por cada bolo que pase esa línea y dos si los hace de la segunda. Se jugaba de forma individual o por parejas, a veces hasta llegar a 250 bolos.
Continuará....
José Luis Garaizabal


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