Esta semana hemos sido testigos de cómo
en el edificio de nuestra Escuela de Náutica se colocaba una placa que dice:
Escuela de Ingeniería de Bilbao
Edificio de Portugalete
1964-1968
Luis Laorga Gutiérrez y José López
Zanón
Edificio incluido en el Registro DOCOMOMO
Ibérico
Todo un reconocimiento de la citada
fundación y del Colegio de Arquitectos vasco-navarros a los autores de esta
obra realizada como se señala entre 1964 y 1968.
En la foto superior vemos, en una vista aérea de esos años, los comienzos de la obra sobre el relleno efectuado en la antigua playa y que tuvo
lugar a la vez que la edificación del último edificio del muelle que sustituía al
palacio de Gandarias y que entonces se empezó a conocer como “la casa del
millón” por el valor de sus pisos.
La nueva Escuela de Náutica, a la que se la incluye entre
los edificios con forma de barco, aunque no fuera esa realmente la idea de los
autores, empezó a funcionar en el mes de octubre de 1968.
Estábamos en los años de oro de la Marina Mercante y había
cerca de 800 alumnos de toda España que tenían asegurada su colocación en
cuestión de días. Empezó el curso con 260 alumnos en puente, 160 en maquinaria,
y 100 en radiotelegrafía. Oficiales superiores: 50 jefes y 30 aspitantes. A
estos alumnos correspondían 21 profesores numerarios, 20 adjuntos, 11 maestros
de taller, tres profesores especiales –de Religión, Formación y Política- y un
profesor de instrucción prenaval superior.
El edificio estaba dotado de modernas instalaciones, siendo
lo más llamativo y espectacular el planetario de ocho metros que contaba con 35
proyectores para reproducir en la bóveda el complicado sistema de estrellas y
satélites que rodea a la tierra, que según la prensa era “un espectáculo
alucinante”. Estábamos ante la mejor Escuela de Náutica de España y una de las
mejores del mundo.
El primer director fue un santurtziarra, hijo de arrantzale
como el se definía, el capitán de la Marina Mercante Gaspar Azpiazu.
El traslado de la vieja escuela de Bilbao, que miraba a la
ría, a Portugalete donde ya miraba al mar, obligó a buscar alojamiento para los
alumnos, empezando por el Colegio Menor San Francisco de Santurce, y el alcalde
de la Villa editó un bando exhortando a la población a colaborar con los
estudiantes en el sentido de ofrecerles alojamiento y puso a disposición un
servicio en las oficinas municipales para atender a los interesados.
Biotz gabeko eskola, bela aterako ziren, Lezoko Blas moduko marinelak. Letxea falta
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