Como homenaje a los boteros actuales y a sus predecesores, Alfredo Cobos, desde su atalaya en “la fábrica de tubos”, nos recomienda estas líneas escritas ya hace más de medio siglo por aquel gran portugalujo que fue José Mª Mendieta:
Deogracias Barañano, Eusebio "El Maqueto", "El Maño", Miguel López, Julián Guerricaechevarria, Gaviña, Aurelio Llanos, Mingorance, Barbat, Goyo, Alcalde, Elorrio, Menoyo, Guernica, etc., fueron durante muchos años los bateleros del Nervión; los que transbordaron de Portugalete a Las Arenas y viceversa, a grandes multitudes.
Su aspecto de hombres sanos, bien forjados, acreditaba sin más su condición de marinos. Su conducta, testimoniaba su caballerosidad y honradez.
Debieron haber sido reproducidos en bronce, como prototipos del hombre de mar y para asombro de generaciones futuras.
Hábiles y expertos con el remo y el aparejo. Así eran los boteros portugalujos, además de limpios, amables y sutiles.
¡Almas enormes en cuerpos de titán!
Cada uno, era armador y marinero de su batel.
En invierno y en verano, con temporal y bonanza, surcaban repetidamente la Ría desde el amanecer hasta anochecido, protagonizando la nota más bella y pintoresca de la Villa.
Como en Venecia el gondolero o en el Volga el batelero, sus canciones y amenidades encantaban al pasaje.
"Y cuando bogando va,
va cantando el marinero,
aquella que yo más quiero
en Portugalete está."
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