Goio Bañales, que como buen amigo nuestro siempre colabora con cuanto le pedimos para nuestras publicaciones de El mareómetro, tras su último libro Francisco de Garay. Explorador vasco. De Las Encartaciones a América, está inmerso en otros dos importantes proyectos que esperamos que vean pronto la luz, y que le hacen no estar presente con la asiduidad que nos gustaría en su blog.
Sin embargo sus aportaciones siempre son de gran interés. La última es la que hoy recogemos.
Se trata de la noticia de la implantación del servicio de correos (el cartero, en nuestro caso en femenino, al igual que en la actualidad es una mujer la que dirige el servicio de Correos de la Villa) que tuvo lugar en enero de 1648 ante la necesidad del Ayuntamiento de que el correo llegase de una forma regular y sin perderse.
El nombramiento recayó en María Ruiz de Larrea, quien puede pasar a la historia como la primera “correa” o modernamente cartera, encargada de traer y llevar cartas y correspondencia con la debida seguridad.
Según nos dice Goio, mientras estuvo encargada del correo María Ruiz de Larrea desempeñó su labor a entera satisfacción de la Villa. Posteriormente se contrató a otras personas para sustituirla pero con todas, salvo con María del Azebal, había quejas; de manera que en el año 1660 esta pasó a ser la segunda correo contratada, con un salario anual de 200 reales, para llevar y traer las cartas.
María del Azebal se mantuvo en este servicio hasta el año 1668, en el que María Cruz de Chabarria se ofreció al regimiento de la Villa para llevarla a cabo por solo 150 reales. En esta situación el Ayuntamiento ofreció a María del Azebal que fuese ella quien siguiese haciéndose cargo del correo aunque con el salario rebajado, lo que no aceptó, de manera que pasó a ejercerlo Chabarria.
En la ilustración que acompaña esta entrada recogemos dicho decreto, así como la foto del cartero Basilio Pérez a la entrada del estanco, en los primeros años del siglo pasado. Jose Mª de Areilza lo recordaba con su larga barba negra que parecía un voluntario del cura Santa Cruz y leía como buen carlista de la Ribera de Navarra “El Correo Español”.
El imprescindible blog de Goio Bañales, guardado entre los favoritos por los amantes de la historia antigua de Portugalete, es
Una miembra
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