Continuamos
con las noticias enviadas por Alex e Iñaki desde la Asociación de Antiguas
alumnas y alumnos del Colegio del Carmen.
Estamos en 1936 y las tropas
nacionales conminan a las autoridades republicanas a rendirse y les dan de
plazo hasta el 25 de septiembre. Como no se hiciera efectiva la
rendición, ese mismo día por la mañana se produce un bombardeo que provoca
grandes daños y numerosas víctimas.
Las hermanas
que habían salido de Portugalete y fueron a Bilbao, residieron en una obra que
tenía la congregación y que no había sido requisada por el ejército vasco.
Durante los bombardeos, las monjas se trasladaban a refugios que no eran sino
sótanos habilitados para tal fin. Así cuenta la cronista la experiencia de este
primer bombardeo: “Unas 25 personas estábamos en el sótano de la casa de
familia donde cayeron seis bombas, una en la misma puerta de la entrada, tres
en el pequeño jardín y dos dentro de la casa, que fueron las que explotaron.
Medio metro que se hubieran desviado hacia el interior, habríamos perecido todas,
pues causaron muchos desperfectos. Nos quedamos completamente a oscuras
haciéndose muy difícil la respiración entre las cenizas y gases producidos por
la explosión pero, afortunadamente, no hubo que lamentar desgracias personales;
sólo a la madre Carmen le alcanzó algún trocito de metralla que le hirió en la
mano, siendo curada en la clínica del Infante Pío”.
Los bombardeos
continuaron y como habían afectado a la casa en la que las hermanas vivían,
tuvieron que hacer de nuevo las maletas y marchar a la residencia que
regentaban las hermanas en Barrika, con lo que la comunidad de Portugalete
volvería a estar unida.
Durante la ausencia de las
hermanas del colegio, este se convirtió en cuartel de milicianos, aunque la
idea era hacer de el centro una residencia para niños huérfanos de la guerra
una vez acabara esta.
A primeros de
marzo de 1937 el Ayuntamiento de Portugalete comunicó al Arcipreste de Bilbao
que la capilla del colegio se iba a dedicar para salón de recreos, por lo que
era conveniente retirar las cosas de la capilla. El Ministerio de Justicia y
Cultura autorizó a las hermanas para que se presentaran en el colegio y se
hicieran cargo de los objetos de culto.
Al llegar al
colegio las hermanas se sorprende de lo descuidada que se encuentra la capilla,
aún cuando los objetos de culto estaban intactos, tal era el cuidado que habían
tenido los milicianos. “Y todavía nos dieron más cosas de lo que en rigor
nos correspondía”.
Se hicieron
seis viajes a Barrika en un camión grande por lo que tenía que ir por Bilbao
pues no entraba en el trasbordador. “Sin embargo, las imágenes grandes, el
armonium y dos lienzos de gran tamaño se quedaron en la parroquia de
Portugalete”. Todos los gastos de transporte los sufragó el Ministerio de
Justicia y Cultura.
Durante lo que
duró la contienda en torno a Bilbao, tanto la capital, como los pueblos
colindantes sufrieron numerosos
bombardeos, sobre todo las localidades estratégicas como Portugalete
base de la menguada flota republicana. Un cartel de la época recoge los nombres
de los sitios bombardeados entre los que figura Portugalete.
De estos
bombardeos no se libró nuestro colegio que fue alcanzado por las bombas
italianas sobre todo en varias ocasiones, ocasionando destrozos en el tejado y,
de modo especial, en la capilla que no fue totalmente restaurada hasta 1945.
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