Basadas,
en parte, en fotografías antiguas, recogen con bastante precisión lo que era esa
parte de la Villa en aquella época.
Si
tenemos que poner algún pero a la maqueta, se centraría en el detalle de colocar
una ermita en la punta del antiguo puerto, cuya posible existencia fuimos
nosotros los que pusimos sobre la mesa al ampliar antiguas fotografías, pero
que no podíamos certificar, no solo por la calidad de las mismas, sino por la falta
de tradición oral y menos por la inexistencia de documentos escritos de lo que
podría ser la devoción de los mareantes a San Nicolás.
Fantasticas reproducciones de nuestra querida portugalete,buena publicacion, como detalle añadir que el apellido del autor es TORKA con K. ondo segi !
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