Seguimos hoy recogiendo la
huella que los portugalujos dejaron en la formación de las actuales naciones y
estados americanos, en concreto en México.
El más
antiguo, allá por el siglo VII, fue Juan de Echeverría, que fue
gobernador. Suponemos
que como tantos otros portugalujos de su época dejó su pueblo siendo joven y
dedicado a la milicia hizo carrera en los territorios de Nueva España,
contrayendo matrimonio con la hija del capitán Ambrosio de Cepeda, afincado en
la localidad de Coahuila. Consiguió forjarse una buena situación económica y de
relaciones con los estamentos dominantes en la colonia y cuando quedó vacante
el cargo de Gobernador del estado de Nuevo León, el virrey Marqués de Laguna,
le nombró Gobernador, en 1681.
Ya en el siglo siguiente,
destacaremos a José Mª Ajeo, alcalde de Acapulco, y a Agustín de laPeña, sindico del ayuntamiento de México.
El primero de ellos, que ya
presentamos en uno de los números de Cuadernos Portugalujos, emigró muy
joven a América instalándose en Acapulco, donde llegó a ser una de las personas
más influyentes y acaudaladas. En febrero de 1821 al proclamarse en dicha
ciudad la independencia de México, fue nombrado alcalde.
Tras diversas peripecias regresó a Madrid, y a pesar de
tener la distinción de Caballero de la Orden de Isabel II, que no le reportaba
renta alguna, no aceptó el puesto de oficial tercero del Real Tribunal de
Cuentas de la Isla de Puerto Rico, porque con ello no podía mantener a su
familia y es que su ruina era total, no teniendo “para comprar ni un
solo pedazo de pan” y tenía que mendigar para alimentar a su mujer e hijo,
ambos enfermos y en cama.
Desconocemos
cómo concluyó la vida de este portugalujo, que como tantos otros, había luchado
a favor de los derechos de la monarquía frente al derecho de los pueblos a su
libertad y la paga que tuvo, al menos la que conocemos, fue la más cruel de las
miserias.
En cuanto a Agustín de la Peña, destacó como
personaje público formando parte como síndico del Ayuntamiento de México capital,
puesto en el que demostró especial sensibilidad hacia temas de enseñanza y
salud. En Portugalete, aunque fuera un nombramiento honorífico, le aclamaron como “alcalde juez ordinario y
de sacas”.
Finalmente citaremos a JoséMª Castaños Llano, que llegó a tener una
importante flota de barcos propios con rutas hacia California, y Macao, en
China. Fue el primero que introdujo el peso mejicano en Asia, siendo nombrado
cónsul de los EEUU y de España, en México. En 1840 volvió a Europa y en Bélgica
contrató a un ingeniero especializado en fábricas textiles que construyó en
1841 la de Bellavista, por lo que se le considera pionero de la industria
textil en el estado de Jalisco, y ahora el pueblo de Bellavista lo considera su
fundador.
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