En una entrada de este blog nos
habló Tasio Munarriz de la
inauguración de un Instituto en la Villa el año 1933 en plena época republicana,
con sede en el palacio de Dueñas (actualmente Colegio Santa María) y alquilado
a su propietario Antonio Ajuria que lo tenía deshabitado desde hacía años. Prestaba
sus servicios a los jóvenes estudiantes de las dos márgenes de la Ría y de la
zona minera y tenía carácter mixto, en su conjunto y en las aulas, algo muy
avanzado para aquella época. Llegó a tener 392 alumnos oficiales y otros 100
libres en el curso 1935–1936. En él se integró el Colegio Vasco de Las Arenas
como adjunto. Era filial del de Bilbao, de donde venía un tribunal para
examinar y dar el título, impartiéndose el curso de ingreso y los seis niveles de Bachillerato.
Las alumnas del Colegio del
Carmen también se examinaban en el Instituto para tener el título oficial de
Bachillerato. La carga económica corrió a cargo de la Diputación en un 50 %,
del Ayuntamiento de la Villa en un 25 % y los otros ayuntamientos aportaron
otro 25 %. La enseñanza era gratuita y en su creación fue fundamental la
mediación de Indalecio Prieto, ministro de Hacienda, ante el Ministerio de Instrucción
Pública y Bellas Artes.
La noticia que hoy traemos de la
mano de nuestro compañero Roberto Hernándecz
Gallejones, se refiere a un proyecto municipal que se quiso realizar y que
al final no se llevó a cabo, y que no deja de ser de interés.
Según el informe municipal de
julio de 1934, “las necesidades cada día mayores, del Instituto Elemental de 2ª
enseñanza de esta Villa” hacía que surgiera la necesidad de adecuar sus
instalaciones “a las exigencias pedagógicas modernas” y como tenían noticias
oficiosas “de que de todos los Institutos elementales que se crearon en España
para sustituir la enseñanza religiosa, solo dos y uno de ellos el de
Portugalete, van a ser elevados a Institutos Nacionales, obligaba a poner un
cuidado especial en su mejora para hacer de él un centro modelo”.
Como el estado construiría el
edificio pero el Ayuntamiento debía ceder los terrenos, se decidió abrir un
concurso de opciones de venta de solares para ofrecérselo al Estado “con destino
a la construcción de un edificio para Instituto Nacional de 2ª Enseñanza y
Escuela de Trabajo, en su caso”.
El proyecto del que no vemos la
firma del arquitecto, y con una ornamentación muy de acuerdo con los ideales de
la República se situaba entre el edificio de Dueñas y la carretera a Santurtzi.
No tenemos por ahora más detalles pero suponemos que las demoras habituales y
la llegada de la guerra dieron al traste con el proyecto.
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