Aunque debido al verano estamos
fuera de la Villa, así como algunos de nuestros principales colaboradores que
en estos meses no pueden seguir con sus investigaciones habituales en el
Archivo Histórico, recibimos de uno de ellos desde Cantabria, una de las
noticias que ha considerado de interés, mientras navegaba por las hemerotecas.
Está relacionada con la visita de
los Reyes con motivo de la colocación de la última piedra del Puerto de Bilbao,
hecho que se produjo el 7 de Septiembre de 1902.
Con tal motivo la Diputación de
Bizkaia entregó a SS.MM. unas medallas conmemorativas cuyo autor es Miguel
Blay, el mismo de la estatua de Víctor Chávarri y la noticia fue publicada en
la Ilustración Española y Americana el día 8 de Diciembre de 1903 según se
puede consultar en los fondos de la Biblioteca Nacional de España.
Se ve que el éxito de nuestra
estatua y la fama que ya arrastraba Blay con sus obras, dio pie a la Diputación
para encargarle estas medallas conmemorativas.
De los diversos actos de los días
de la citada visita, nos quedamos con que tras la colocación de la última
piedra y los discursos correspondientes, según contaba la Ilustración de
15.9.1902, fueron “millares de cohetes los que atronaban el espacio, las
sirenas de los barcos, los barrenos disparados junto al rompeolas, los
cañonazos de los fuertes y los disparados por los barcos de guerra, producían
un ruido ensordecedor, que apenas dejaba oír los vivas y aclamaciones al Rey, a
Bilbao y a Churruca, que se daban desde todos los sitios.
De regreso en el Pelayo, donde el
Rey ofreció un espléndido té, presenció S. M. las regatas de traineras, yolas y
botes a remo, que se verificaron con gran lucimiento y fueron muy aplaudidas.
La fiesta nocturna recordaba, por
su esplendidez y mágica vistosidad, las famosas de Venecia. Cerca de mil
embarcaciones, todas iluminadas; el coro del orfeón, cantando el Boga, boga;
los barcos de guerra nacionales y franceses, lanzando la claridad de sus
reflectores poderosos; el original simulacro de la vuelta de la pesca de la
ballena, con sus galeras tripuladas por soldados y remeros vestidos a la
antigua; vistosas iluminaciones en tribunas y edificios, y el deslumbrador
espectáculo del volcán artificial de las inmediaciones de Santurce, todo
formaba un conjunto maravilloso, tan digno de verse como difícil de describirse.”
Algunas de las ilustraciones que
ofrecía esta gran publicación gráfica, obtenidas por el pintor y fotógrafo Marcoartu,
nos han servido para ilustrar esta entrada. Arriba el aspecto del Abra durante
las regatas, y abajo junto a la vista general del puerto durante el acto, las
citadas medallas conmemorativas, el momento de la colocación de la última
piedra, y la iluminación del puente colgante con una estrella luminosa.
En las reseñas de los actos de
dicha visita que dio el Noticiero Bilbaino del 7/9/1902 y 8/9/1902, narrando la
citada fiesta nocturna, con respecto a Portugalete, se citan a los Sres.
Carranza y Rodas, destacando la iluminación de sus casas. La de Gil simulando
una pagoda y la de Rodas muy artística con faroles blancos, así como el
Sporting engalanado de mucho gusto. Presentaba un soberbio aspecto con millares
de farolillos, y en lo alto había una colosal corona.
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