Al comienzo de los años 30 el
censo escolar de la Villa ascendía a 976 alumnos impartiéndose la enseñanza como
en la década anterior en las escuelas municipales del Campo de la Iglesia, en
la escuela graduada nacional de Maestro Zubeldia, y en la de niñas del primer
piso del Ayuntamiento, además de los centros religiosos del Carmen (205) y de
los Padres Agustinos (150 alumnos).
En julio de 1930 la Junta Local
de Primera Enseñanza constató que ante “el considerable aumento de la
población, con numerosas familias que ha emigrado del interior de la península,
teniendo 10.474 habitantes, la población infantil llega a 2.118”, lo que había
originado que un importante número de niñas, 111 exactamente, no pudieran
asistir a clase por falta de espacio.
Ante esta situación acordaron la
creación provisional de una escuela graduada de niñas de tres secciones a base
de una unitaria existente, que podría instalarse en el segundo piso de la Casa
Consistorial, tirando tabiques y ampliando la existente con 60 plazas.
También el barrio de Repélega
mantenía con carácter municipal una escuela en el edificio de las Casas Baratas
de Villanueva, con
una maestra auxiliar que el curso 29-30 y siguiente era
Purificación del Río, donde el ayuntamiento intentaba que la Diputación
estableciera una escuela de barriada cosa que también lo solicitaron en octubre
de 1930, las Cooperativas de Villa Nueva y El Progreso, así como los barrios de
Abácholo y Azeta. Sería los años siguientes después cuando se construiría el
centro Trueba, en Abácholo.
El ayuntamiento eligió su
ubicación junto “al camino a Sestao por Abácholo que no ofrecía para los niños
el problema del tráfico rodado”, y que disponía de un gran terreno de patio de
recreo.
De esta manera se resolvía “el
problema para más de 400 escolares, que exceden en esta zona el cupo servido ya
deficientemente, exceso de población escolar que no tiene alojamiento y ha de
repartirse en grupos no mayores de 48 alumnos por aula, obligándonos los datos
a 8 aulas como mínimum, cuatro para niños y cuatro para niñas, de ellas una de
cada sexo para párvulos que puedan colocarse juntos o separados”.
Como dice el reverso de una de
las fotos cedidas por Felíx Gil, los alumnos que inauguraron este centro
residían en sus inmediaciones, Azeta, Abatxolo, Repelega, Villanueva, El
Progreso, La Sierra y Rivas.
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