Desde
1960 se tiraron en la Villa más de 200 octavillas distintas, la mayor parte de
ellas de carácter subversivo contra el régimen franquista. El protocolo de las
autoridades municipales era el siguiente:
Un
policía municipal recogía de la calle la máxima cantidad que podía. Destruía la
mayoría y entregaba a su jefe accidental Lindosa 4 o 5 ejemplares. Este se las
pasaba al alcalde, que dejaba unas pocas en el archivo y enviaba una al
gobernador.
Entre
las que se conservan en el Archivo Municipal los firmantes eran:
Partido
Comunista de Euskadi, Partido Comunista Internacional, Partido Nacionalista
Vasco, Acción Nacionalista Vasca, ETA, ETA VI – LKI (Liga Comunista
Internacional) (Troskista), Movimiento Comunista de Euskadi, LAIA, EHAS, KAS, PSOE,
UGT, CCOO de Vizcaya, ELA – STV, Grupo de Obreros Cristianos, Obreros de la
Construcción, Comisión Popular de Portugalete, Un grupo de fieles bilbaínos, Una
comisión de vecinos, Juventudes Falangistas de Bilbao, Partido Carlista de
Euskadi.
Las
más frecuentes eran las convocatorias de huelgas, las vísperas del 1º de mayo o
del Aberri Eguna.
Además
de retirar las octavillas, la Policía municipal arrancaba los carteles que le
parecían que estaban puestos sus colores con mala intención, como el anuncio
inocente que ofrecemos de un baile organizado por los alumnos del Colegio Santa
María. El informe de la Policía Municipal al alcalde estaba firmado por Lindosa.
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