A partir de 1991 surge el fenómeno Flying Rebollos. Los Flying se convierten en una especie de grupo
de culto local haciendo un rock blues urbano de actitud punk, fiestero y
orgulloso de su condición social. Fue quizás la banda portugaluja más conocida,
los que más lejos llegaron y sobre todo los que más gustaron, en opinión de
Pablo Salgado.
La base del grupo fueron Txus Alday, guitarra, Edorta
Aróstegui, voz, y Xabier “Polako” Arretxe,
batería, figurando también Gorka Bringas, guitarra, Alfonso “Pikurra”
Larrinaga, voz, Fer, bajo, Xabier Goikoetxea, bajo, Lalo “Sugar” Fandiño,
harmónica, Mario Larrinaga, órgano, Chewis Herrero, bajo, Jonni Kontrol,
guitarra, Miguel Colino, bajo, Tontxu Tabares, guitarra o Joseba “Koko” Tapia,
batería. Fue algo muy generalizado en estos años que muchos de sus componentes
saltaran de banda en banda.
El nombre parece que venía de unas fiestas en las que hubo
bronca en las txoznas con lo municipales y acabaron volando los rebollos del
casco viejo hacia ellos.
Su primer concierto lo dieron en las fiestas de San Roque de
1991 en la puerta del BLUES MAN acabando disueltos por la poli. Este local en
la calle Danok Bat nº 9, que fue como su cuartel general lo llevaron entre
Edorta y Polako y por el pasó todo el mundo del rock & roll de Bizkaia
hasta que cerró en 1996.
En sus años de existencia, tres de ellos ensayando en el
viejo edificio del matadero al igual que lo hicieron otros grupos, recorrieron diversos garitos locales, gaztetxes, txoznas
y el Antzokia de Bilbao, numerosas giras por el Estado incluyendo Madrid y
Barcelona todo ello sin mánager que les gestionara contratos y actuaciones…
Su primera maqueta fue “Me vi a matar” en la que aparecía
Modesta, una de sus canciones más populares, su primer álbum en 1993 “Verano de Perros” y su segundo y último “Esto huele a pasta” en 1997.
Tras editar su primera maketa, surgen a su rebufo, varios
grupos influenciados por ese sonido como Trontxos
Peeleers o Rompe el cerdo y avanzada la década de los 90, aparece una nueva generación
de post-adolescentes y con ella entra en Portugalete el hardcore, estilo al que
le toca convivir con el Rock & Roll de las jam sesions y gaupasas. Surgen
de esta corriente bandas como El sueño
de Oppenheimer, Margen Tóxica, Vertical Smile o 237.
Tras la disolución de los
Flying, varios miembros del grupo como Miguel Colino entre otros, colaboraron en el primer disco de Fito & Fitipaldis, "A puerta cerrada" (1998). Fito era de los habituales todos los
fines de semana al BLUES MAN, siempre con su guitarra y aquí surgieron Los
Fitipaldis.
Recurriendo a los fondos de Txomin Hermosilla recogemos bajo estas
líneas algunos carteles de estos grupos.
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