Este desconocido portugalujo es un referente entre nuestros
marinos por haber realizado su viaje en 1538 hacia las Indias Orientales, al inmenso
archipiélago de Indonesia, y que lo
encontramos en ese gran trabajo de Goio
Bañales titulado In Insula Maris que se puede consultar en la Biblioteca Digital
Portugaluja.
Cuando todos sus contemporáneos se embarcaban rumbo a las indias occidentales (América) él lo hizo hacia oriente, dirigiéndose a Malaca, cerca de Singapur. Era el gran puerto comercial donde confluían mercaderes europeos, indios, árabes y chinos, como paso obligado de las rutas comerciales entre Occidente y Oriente, y que había sido conquistada por los portugueses en 1511 (Alfonso de Alburquerque) para hacer de ella la base del lucrativo tráfico de las especias de las Molucas.
En su puerto se agolpaban innumerables barcos cargados de tejidos, tapices, opio, incienso, pimienta, clavo y otras especias, algodón lienzos, alfombras, acero, conservas, arroz, oro, laca, herrajes, maderas preciosas, alcanfor, sedas y porcelanas.
Durante su estancia aquí, en setiembre de 1545 llegó procedente de India otro compatriota, conocido actualmente como San Francisco Javier, donde establecería su cuartel general para dedicarse a predicar por los poblados y donde dada su facilidad para los idiomas, tradujo sus oraciones cristianas al malayo.
Mientras Pedro Vizcaino, nos dice que “a fin de diciembre, pasada pascua” partió para Sunda, días después, el 1 de enero, Javier lo hizo para Ambon, una de las principales islas del archipiélago de las Molucas, sin que volvieran a coincidir.
Se embarcó en el junco “al mando de Francisco de Castro, con el piloto Antonio Diz y el maestre Fernán Naz Algarauío, que por todos eran diez y siete portugueses”.
Nos dejó un relato de ese viaje, dirigido a su convecino Pedro de los Hoyos explicándole las posibilidades comerciales que tenían aquellas tierras, los aspectos a tener en cuenta, las mejores rutas y los tiempos de viaje, trato comercial mantenido, los productos que llevaron para intercambiar, fundamentalmente ropas, y los inconvenientes de la navegación en aquel mar.
Tras cargar pimienta en Sunda e intercambiar telas y paños, siguieron hacia las islas de Java y Sumatra no pudiendo desembarcar por los vientos contrarios, decidiendo ir a la isla de Sanct Lorenço, donde cargaron arroz, vacas, carneros, gallinas y gengibre sin poder comerciar por no tener licencia del gobernador. Sobre la gente decía que la mayor parte eran blancos, de buen trato.
El 18 de abril partieron para Cochín donde llegaron el 22 de mayo, y desde donde, según el piloto y capitán, podrían llegar a Portugal en dos meses si tuvieran comida para ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario