Las investigaciones
que nos ha ofrecido Aurelio Gutiérrez en
su blog LA VIDA PASA sobre la cocinera bilbaína Brígida
Murua relativas a su relación con el HOTEL de Manuel Calvo ofrecen algunas
nuevas aportaciones a la historia de este establecimiento portugalujo.
En el nº 4 de Temas Jarrilleros dedicado a los 150 años del HOTEL, nos queda un vacío de noticias
en el periodo trascurrido desde el 24 de agosto de 1874 en el que el ejercito
le expropia el edificio a Manuel Calvo hasta el 17 de febrero de 1880, cuando encontramos el primer anuncio del Noticiario Bilbaíno, con Timoteo de
Otaduy, apoderado del indiano, ofreciendo el traspaso de la FONDA y Café existente
en el edificio.
Parece ser un mes después cuando lo cogería Brígida Murua, junto con Félix Almadoz
empleado suyo en la fonda que regentaba en Las Arenas, quien tras adecuarlo a
sus intenciones, el 3 de mayo se lo traspasaron a Francisco Sierra
Requeni, viudo, de 37 años, vecino de la Villa, con todo el mobiliario
existente del que nos dejaron un pormenorizado inventario y bajo el cual se
hizo cargo el referido Sierra por el precio de 78.207 reales de vellón,
pagaderos 10.000 en el acto y los restantes a los plazos fijados en dicha
escritura.
Sierra lo explotó
durante cinco meses como GRAN FONDA DE PORTUGALETE, según vemos en uno de sus
anuncios, pero al vencer el primer plazo del traspaso de 20.000 reales, el 30 de
setiembre y no hacer frente a su pago, entablaron contra él demanda ejecutiva y
embargo que tras las correspondientes diligencias se sentenció el 18 de
octubre.
Dado la situación de
quiebra de Sierra, el 10 de diciembre llegaron a un acuerdo recuperando Brígida
y su socio el traspaso del negocio.
El detallado
inventario que realizaron y que Aurelio nos ofrece en su trabajo, es
interesante para la completa historia del HOTEL.
Así vemos que disponía
de un lujoso comedor grande, con un
gran reloj en la pared, espejos de marco negro y dorado, lámparas inglesas, una
galería con chimenea de metal, cien mesas y una completa cubertería en la
que destacaban “993 platos de porcelana,
filete azul marcados B.M.” , iniciales de la dueña.
En el Café, destacaríamos sus 12 mesas de hierro, cuadradas y redondas, con 50 taburetes de rejilla y 27 sillas de respaldo, así como “una mesa de billar con tres bolas de marfil, doce tacos y un tanteador”.
En el salón de la fachada principal con sus
mesas de mármol y caoba, sofás y butacas, espejos dorados, quinqués y dos
braseros, destaca un piano vertical
(Stent) siete octavas.
También nos indican el contenido de la bodega:
botellas de champagne, vinos de Bordeaux, Málaga, Borgoña, barriles de cognac,
jerez, ajenjo, vermouth y cerveza, así como 72 cajas de cerveza de diferentes clases.
En el recuento del piso último encontramos 32 camas de
hierro, 19 lavabos, 16 orinales, 15 palanganas,… en la habitación principal, 32 camas de hierro, y en la parte zaguera, cuatro camas.
El inventario recoge también los elementos
existentes en el todos los elementos alquilados, como cuarto del despacho,
despensa, cocina, comedor pequeño, cuarto de plancha, escalera, piso de abajo…
Nos queda todavía por conocer si Brígida lo
siguió explotando, pues tenía 64 años y falleció ocho años después, cuando ya
se había hecho con el traspaso Teodoro de Mendizabal y lo denominaba HOTEL BUENA-VISTA.
Lo que si nos queda claro es que fue la primera mujer, con una gran reputación como cocinera en Bilbao, que se hizo cargo de los fogones del HOTEL y que ha tenido que pasar mas de siglo y medio para que otra, Zuriñe García, estrella Michelin, lo vuelva a hacer.
Hasta donde yo sé, me temo que el Gran Hotel Portugalete y el Hotel Buena-Vista no son lo mismo.
ResponderEliminar