Ahora que el Área de Cultura está a
punto de anunciar un nuevo ejemplar de la colección TESOROS PORTUGALUJOS y
aprovechando el día de hoy, 8 de marzo, echamos la vista atrás a uno de sus
ejemplares titulado LA VILLA DE LAS MUJERES.
El trabajo nos transporta a los siglos
XVIII y XIX, donde las mujeres de Portugalete se enfrentaron a una realidad
marcada por la desigualdad y la dependencia económica. Sin embargo, sus
historias no son de victimismo, sino de lucha y resiliencia. A pesar de las
limitaciones impuestas por la sociedad, estas mujeres encontraron formas de
empoderarse, de tomar las riendas de sus vidas y de contribuir activamente a la
economía y la sociedad de su Villa.
El trabajo menciona a varias mujeres que desafiaron las normas de la época
y lucharon por sus derechos y su independencia, pudiendo ser consideradas como
precursoras del feminismo en el siglo XVIII, y que son las siguientes:
Manuela de Aranguren: enviudó y tomó las riendas del negocio familiar de
comercio de hierro, defendiendo su reputación y enfrentándose a los tribunales
para reclamar pagos pendientes.
Juana de Arróspide: también dirigió con éxito el negocio familiar tras la
muerte de su marido, demostrando su capacidad para tomar decisiones y defender
el honor de su familia.
María de Sasia: en una situación de extrema necesidad, recurrió al robo
para alimentar a su hija, mostrando la desesperación a la que podían llegar las
mujeres en la época.
María de Urrutia: denunció a su marido tras once años de ausencia,
reclamando su derecho a rehacer su vida y formar una familia.
Josefa de Abendaño: utilizó los poderes otorgados por su marido ausente
para defender los intereses familiares, demostrando su capacidad para tomar
decisiones y administrar bienes.
Y finalmente queremos detenernos en Magdalena de Hornes, una mujer ni rica ni poderosa, pero
que tenía una fuerza interior que la hacía destacar. Estaba casada con Pedro de
Trabudua, que trabajaba como piloto para la Compañía de Caracas y pasaba largas
temporadas fuera de casa navegando y dejando a Magdalena sola con sus hijos.
Un día, Pedro se fue a navegar y nunca
regresó. Ella se encontró sola, sin recursos y con la responsabilidad de
mantener a su familia, pero no se rindió. A pesar de las dificultades, luchó
por sus derechos y los de sus hijos. Trabajó incansablemente para mantener a su
familia, pero el dinero que ganaba no era suficiente.
Magdalena, una mujer valiente y
decidida, decidió tomar cartas en el asunto. En 1797, presentó una denuncia
contra su marido por no enviar dinero a casa. Su voz se alzó en defensa de sus
derechos y los de sus hijos, desafiando las normas de una sociedad que relegaba
a las mujeres al silencio y la sumisión.
Magdalena no se conformó con su
destino y decidió alzar la voz y luchar por lo que era justo. Su historia es un
ejemplo de sororidad y lucha por la supervivencia en una época en la que las
mujeres tenían muy pocos derechos.
Magdalena no fue una feminista en el
sentido moderno de la palabra, pero su lucha por la justicia y la igualdad la
convierte en una precursora del movimiento feminista.
Este video que ofrecemos quiere recordar que las mujeres siempre han tenido que luchar por sus
derechos y por la igualdad. Su ejemplo nos debe inspirar a seguir luchando por
un mundo más justo y equitativo.
Sin quitar valor a los hechos que iniciaron tan valientes mujeres, y aprovechando que al principio del vídeo se dice que lo que se pretende es generar un debate, debatamos. Considero un tanto extemporáneo definirlas como "precursoras del feminismo", concepto igualitario que sin duda estaba muy lejos de las mentes de esas mujeres, aunque suene políticamente incorrecto decirlo.
ResponderEliminarLas mujeres citadas lucharon, y lo hicieron con valentía, por unos derechos básicos personales, como eran los de poder hacerse cargo de una profesión, no pocas veces reservada a los hombres, y poder mantener a sus hijos.
Por supuesto, en esos siglos la sociedad era tremendamente machista, eso está fuera de toda discusión; y algunas mujeres recurrieron a los escasos resortes judiciales que se les ofrecía, reconociéndoseles en algunos casos sus justas reivindicaciones; pero de ahí a denominarlas "precursoras del feminismo", en pleno siglo XVIII, es algo que como digo no me parece correcto; no había una "lucha por la igualdad" de géneros, si no una reivindicación o restitución, mediante pleitos judiciales, de derechos básicos que afectaban a una situación personal, en la que no se tenía como objetivo ulterior un cambio drástico en los conceptos mentales de la sociedad, cambios que aún tardarían casi 200 años en darse.
Magdalena de Hornes dice "digo lo que otras callan". Eso, socialmente, lo considero una denuncia colectiva en nombre de otras mujeres, aunque fuese una denuncia particular para solucionar su problema.
ResponderEliminarSi no hubiese escrito ese parrafo, "pudiera" no considerarse feminista sólo por el hecho de pedir solución a su situación , pero desde el momento que toma esa conciencia colectiva y exponerla ante un juez, yo sí la considero feminista y digna de admiración. Así se fue forjando el feminismo, a través de denunciar injusticias.
Muy bien por publicarlo en este día.
Con todos los respetos, creo que pones en Magdalena de Hornes una intencionalidad que no tenía. No hay "denuncia colectiva" en una denuncia que es, precisamente, particular, y cuyo resultado sólo afectó a la denunciante, sin efectos sobre el resto de mujeres de la sociedad de su tiempo. Tampoco el pleito, que conozco, fue entablado "en nombre de otras mujeres" como dices, pues Magdalena hablaba de su caso, y no de otros. Así como no se ve por ninguna parte que esta mujer tuviera una "conciencia colectiva", sentimiento interior que no queda reflejado en el documento.
EliminarCreo que ves aquello que quieres ver, bajo el prisma de una mujer feminista del siglo XXI. Pero nos hemos de atener a lo que dice el documento, y tratar de ser imparciales. Aunque eso signifique quitar épica y romanticismo al caso.
He escuchado el vídeo, si está manipulado es otro cantar. Escucha la frase que he entrecomillado.
ResponderEliminarNo sé el porqué de la desaparición del 4° comentario en la que he añadido que debido a mi avanzada edad soy feminista desde el siglo XX y que el feminismo lo tengo bien pensado, meditado y rumiado. Como Aitor quería debate, he seguido con él. Ya siento no darle la razón, pero más siento que me borren el último comentario o añadido del anterior. Quisiera saber si ha sido por error.
ResponderEliminarHabrá sido un error, no se ha borrado nada
ResponderEliminarGracias
ResponderEliminarEs cierto que en los siglos XVIi y XVIii, el sentimiento de feminismo o machismo no se tenía consciente, las cosas eran así porque siempre lo habían sido, y la sociedad dirigida por hombres no tenía en cuenta a la mujer. Pero aquellas mujeres sabían de las injusticias que ellas vivían en sus propias carnes y por ello peleaban por obtener su propio beneficio y eso aunque fuera algo en su propio interés era algo que abría una pequeña puerta para que otras mujeres los obtuvieran.
ResponderEliminarPorque el sentimiento feminista no surge en el siglo XIX y XX de una forma espontánea, surge porque en la sociedad había un poso que mostraba una sociedad que menospreciaba a las mujeres, que las trataban como personas inferiores a las que no se tenía en cuenta.
La lucha por la igualdad es larga y continúa por eso se sigue luchando por ella y hasta que hombres y mujeres no vean esa realidad tendrá que haber un día en el que se recuerde que la igualdad no se ha conseguido.