José
Luis Garaizabal
continua con la siguiente caramelera que es la vallisoletana Josefa Martín
López.
Nacida
en 1894 y casada en Bilbao con el salmantino Genaro Melgosa Alcalde, pasaron
por Bilbao y Santurce antes de afincarse en la Villa en 1931. Enviudó en 1934,
quedando con cuatro hijos a su cargo, a los que sacó adelante cosiendo y con
las ganancias del puesto.
Vivió
en la calle Santa María núm. 10-3º. En 1940, se dirige al Sr. Alcalde
exponiendo que: “tiene un puesto de dulces y caramelos en la Plaza del
Generalísimo y al objeto de tenerlo fijo, desearía la destinasen el que hace
esquina a la terminación de los soportales de la Casa Consistorial,
comprometiéndose a pagar todos los días del año, igual que haga mal tiempo como
si por una circunstancia cualquiera dejase de salir algún día con la
mercancía”.
Tengo
que agradecer a su biznieta Laura García-Borreguero por facilitarme amablemente
los datos y fotografías, así como a Koldo Rovira por ponerme en la pista que
luego ha confirmado Juanamari Ponce y Javi García-Borreguero.
Entre
los papeles familiares no hay ninguno que aclare la cantidad que pagaban y
quien era el recaudador, aunque supongo sería el celador de arbitrios.
En
la fotografía, de 1956, con el puesto cerrado de fondo, junto a la columna que
solicitó en 1940 y que luego ocupó Juanita Ayuda “la gorda”. Junto a ella
aparecen, de izquierda a derecha, Marie Josephe (amataxu de mi informante), su
hermana Bibi y su prima Saula.
Koldo
Rovira nos ha facilitado, también, la reseña de otras dos vendedoras de la
época comprendida entre 1953 y 1957:
Se
trataba de Victoria García González, nacida en 1912 en Calezuela (Toledo).
Llegó a la villa sobre 1954. Había contraído matrimonio con el vallisoletano
Severiano Baza Maroto, residiendo en La Florida núm. 21. Colocaba su puesto en
la Plaza del Solar, para pasar luego a instalarlo junto a la estación vieja.
Hacia
el medio de la Plaza del Solar había un puestito que llevaba un tal "El
Cojito", ayudado por su hija Rosamari, que vendían caramelos y
otras golosinas sobre un puesto colocado sobre ruedas de bicicleta. Aún
recuerda los candiles de carburo que encendían todos los puestos al anochecer,
dando a la plaza una iluminación fantasmagórica.
José Luis: investiga (por favor) la utilización de los candiles de carburo en el castaño de indias cercano a Guyma.
ResponderEliminar¿A qué te refieres? Dame alguna pista de lo que te interesa.
Eliminarlos pájaros del árbol caían con los efluvios del carburo y nos los comíamos.
EliminarZorionaaaaakkk Jose Luis, Rubén por acercarnos, entre otras, a la vida cotidiana de Portugalete
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