Referente
al tema del mareómetro que presentamos ayer, recogemos hoy la información que
nos ha facilitado sobre la empresa constructora Joaquín Cárcamo, miembro fundador de la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y
Obra Pública, de la que fue presidente y actualmente vocal de su Junta
Directiva.
J. Bernard-Henri Wagner (también
llamado Wagner tío) fundó una importante casa de fabricación de relojes públicos
en 1790 en París en 1790, casa que permanecería aunque pasando por diferentes
razones sociales: Wagner, Collin, Chateau… hasta 1935.
Le sucedió su sobrino Bernard-Henri
Wagner (1790-1855) quien llegó a ser mucho más conocido y que se había incorporado
a la fábrica de su tío probablemente en 1811. Fue éste último quien capacitó y
formó a su primo Jean Wagner que dirigió el taller de la casa Wagner durante
algunos años para más tarde, en 1830, pasar a crear su propia empresa
independiente de relojería pública, más célebre aún que la de sus tíos y
primos.
Jean Wagner Neveu (J. Wagner,
sobrino) fue uno de los más importantes fabricantes franceses de relojería
pública. Nació en 1800 en Pfalzel, en la entonces Prusia Renana que en ese
tiempo formaba parte de Francia y se trasladó joven a París donde fue discípulo
primero de su tío y más tarde de su sobrino Bernard-Henri Wagner. Parece que
permaneció al frente de la empresa hasta 1856. Falleció en 1875.
Amédée-Philippe Borrel nació el
19 de julio de 1818 y estudió en el Conservatoire
des Arts et Métiers de París. Se asoció con J. Wagner sobrino, con quien
colaboró en sus principales trabajos sobre el compensador de palanca directa,
las bobinadoras de igualdad, el escape libre, las lámparas de faros, las ruedas
dentadas de movimiento continuo y de marcha uniforme que aseguran una velocidad
constante. Acabó sucediéndole al
frente de la empresa, como refleja la esfera del mareómetro de Portugalete de
1883.
Dedicó una gran atención a la
solución del problema de la unificación horaria, presentando un sistema cuya
disposición simplificaba notablemente los aparatos. Y dedicó también sus
investigaciones a la incorporación de la electricidad en la relojería pública
presentando sus aplicaciones prácticas en la Exposición de Paris de
1881. Falleció en Paris en 1887 sucediéndole en el taller su hijo quien durante
los últimos años de su vida ya se había convertido en su ayudante y mano
derecha.
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