Hoy recogemos
una foto que nos ha cedido Irene Fernández,
a quien tenemos que felicitar al igual que a su equipo del Lora Barri, por su
trabajo para mantener con gran brillantez la procesión de la imagen de San
Roque hasta su nueva ermita.
La foto nos
muestra a su padre, Felichu “Sacris”, trasladando un saco de carbón por la
calle General Castaños, con la casa de Los tres portales, al fondo y la calle Nueva
a la derecha.
Este es un
tema que animamos a que alguien lo recoja y nos lo recuerde, pues es totalmente
desconocido para las modernas generaciones. Nuestros hijos (y no digamos nada
de nuestros nietos) no han conocido en su casa cocinar con fuego, con leña y
carbón, ni la existencia, donde ahora se empotran los lavavajillas o lavadoras,
espacios denominados “carboneras”, donde se amontonaba el carbón y la leña, que
con una pala se echaban al fuego de la cocina.
Su consumo,
tan habitual como ahora es la electricidad o el gas, obligaba a la existencia
de numerosos establecimientos de venta.
Estas “carbonerías”
eran muy populares (en el Ojillo teníamos dos), por lo que las camionetas
cargadas de carbón eran corrientes en nuestras calles, además como vemos en la
foto, de su traslado en sacos a los domicilios.
que forma mas rara tenían los sacos en esos años, ¿NO?
ResponderEliminarTambién hay sacos en la foto. Van justo debajo del cesto. Solo hay que fijarse bien.
ResponderEliminarhay ciertos comentarios que sobran
ResponderEliminarNaci en los sesenta y en mi casa de pequeño habia cocina de carbon, que por cierto calentaba toda la casa, alli asabamos las castañas y en invierno recuerdo la vieja cazuela con los eucaliptos. Mi ama compraba el carbon en la carbonera que habia arriba de la cuesta san roque, encima del antiguo matadero, el señor se dedicaba arreglar todo tipo de calzado y a vender carbon su nombre la verdad no lo recuerdo.
ResponderEliminarEn Repelega mas concretamente en Alonso Allende, enfrente de donde hoy esta la Bbk, existia otra carboneria . Creo recordar que su dueño se llamaba Celes.
ResponderEliminarMe perece que en General Castaños habia otra carboneria y que era de un señor apellidado Contreras.
ResponderEliminarEn General Castaños 22, en la casa del centro de la foto, estaban las oficinas de Viuda de Mañas y Compañía, y los depósitos de carbón en sus cocheras. Ha sido conocida como casa Mañas y fue derruida en los ochenta. Esa casa era de mi bisabuela y en uno de sus pisos nací en 1951. Allí quedaron mis recuerdos portugalujos de infancia y se forjó mi ser jarrillero a pesar de que me cruzaron a la otra orilla de nuestra ria a comienzos de los sesenta.
ResponderEliminarEn el Ojillo, una de las carbonerías la tenía Herminio, mas o menos donde ahora esta el Why Not.
ResponderEliminarCuando era pequeña, me asustaba la imagen del carbonero, con la cara tiznada y el saco por la cabeza, cuando llegaba a casa me escondía. Luego me fui dando cuenta que era un hombre muy bueno y simpático, por lo menos el mío, y siempre pasaba por la carboneria al salir del cole, para saludarle.
ResponderEliminarMi madre y mis abuelos también tenían una cocina con chapas de carbón y debajo lo acumulaban en Azeta. Yo misma de niña llegué a conocer esa casa y ver esa cocina tan rara para mí. Poco después esa casa fue demolida
ResponderEliminarHabía una carbonería en la C/ Ruperto Medina que daba cobertura a las calles Maestro Zubeldia, Alfonso del Pozo, Vallecilla, San Pedro, San Ignacio y parte alta de Carlos VII. Cuando llegó el butano a las casas, hubo un almacén de construcción en ese local, según se sube la calle a mano izquierda
ResponderEliminarCarbonería Urbieta en Atarazanas
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