Las noticias sobre corridas de toros en esta centuria
empiezan con las que tuvieron lugar en septiembre de 1806, con motivo de los
festejos para celebrar por el nombramiento de D. Justo Salcedo y Arauco. Uno de
ellos era una corrida de toros, lidiándose en plaza cerrada, mañana y tarde,
toritos navarros, y novillos del Payés, por diestros lidiadores, sin que se
picasen ni matasen en ella.
Otras a destacar podrían ser la de 1823, para celebrar la
caída del Gobierno Liberal del Trienio Constitucional (1820-1823), en honor de
Fernando VII, en 1852 siguiendo un oficio del Gobernador Civil y en el programa
de festejos de 1862, como era habitual dedicado a los bañistas que habían
acudido a la Villa durante aquel verano, figuraba una corrida de toros.
En la última década del siglo, en 1891, vemos que los
novillos se
corrían durante las fiestas de agosto, cerrando la plaza. En 1892,
diez años después de que en Bilbao se inaugurara la Plaza de Toros de Vista
Alegre”, el 13 de agosto de 1882, Bautista Manteca solicitó al ayuntamiento
autorización para la construcción de una con el mismo nombre en un terreno de
su propiedad conocido por “Vista Alegre”, que con un diámetro de 37,60 m.
tendría un aforo superior a 5.000 espectadores.
En otros documentos encontramos que el 8 de agosto de 1895,
D. Gabino de Urrutia, ganadero de Reses Bravas de Orozco ofreció precio por el
novillo que había de lidiarse en los dos días de fiesta, cobrando la “merecible cifra de 90 pts. por los dos días”,
que según él era el precio corriente, indicando que el novillo llegaría dos
jornadas antes, con el fin de que se alimentase y descansase del viaje, y así
pudiese dar más juego.
Como los novillos no pudieron lidiarse, el esperado
ganadero, con fecha de 16 de agosto del mismo año, se disculpaba ante el
Alcalde, explicando: “A llegada a ésta,
del muchacho que mandé ahí, con objeto de que recogiese el novillo de Santurce,
y lo pusiese a disposición de Vd. me he enterado de todo lo ocurrido, teniendo
que lamentar lo sucedido y el concepto nada favorable que les había merecido,
origen solamente de la poca o ninguna formalidad del Ayuntamiento de Santurce;
o de la persona a quien encomendé el pedido. Aunque comprendo que esto no me
disculpa con Vd. como había tenido ocasión de ver el pedido que por escrito nos
hizo del novillo, la persona encargada para ello por el Ayuntamiento de
Santurce, el que sin consideración alguna, ni tener en cuenta el conflicto en
que yo me veía con respecto a ese Ayuntamiento, se negó a hacer entrega del él,
como era razonable”.
Pese a esta espantada, el Ayuntamiento no lo toma en cuenta,
y se le vuelven a contratar los novillos del año siguiente tomando todas las
garantías para que no sucediese el mismo error. Sin embargo el resultado debió
de ser malo, ya que el ganadero se excusa por carta de 11 de agosto, alegando
que los toros del país carecían de la suficiente bravura.
Este resumen de los festejos taurinos durante el siglo XIX
lo hemos sacado del trabajo de Ricardo Ruiz Menchaca y Roberto Hernandez
Gallejones, que se puede consultar en la Biblioteca digital Portugaluja, La fiesta de los toros en Portugalete.
También se puede completar con otras entradas de este blog,
como la que se refiere a la inauguración de la plaza de toros.
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