miércoles, 17 de abril de 2019

LAS CHAPAS O MONEDAS DE NECESIDAD EN EL PORTUGALETE DEL SIGLO PASADO.






La aparición de un libro titulado MONEDAS DE NECESIDAD, JETONES DE PROPAGANDA Y FICHAS DE CASINO. PAIS VASCO-EUSKADI 1900/1960, que hemos tenido la posibilidad de hojear, nos ha hecho recurrir a Txomin Hermosilla, el coleccionista por antonomasia en nuestra Villa, que además ha colaborado en el mismo, para que nos resuma el tema en lo que a Portugalete se refiere.

Hay que empezar recordando que nos retrotraemos a años de escasez del siglo XX, en que nuestros antepasados se unieron en cooperativas o economatos para hacer frente a aquella situación. Dichas asociaciones suministraban a sus socios los productos básicos y acuñaban las chapas-monedas de necesidad que eran aceptadas en parte de las tiendas de la Villa como pago fundamentalmente de productos alimenticios.

Una de las muestras que recogemos arriba corresponde a la COOPERATIVA VASCA con el anagrama en el anverso del sindicato ELA-STV, por valor de 50 céntimos o una peseta, y que hechas de latón tenían unos 25 mm. de diámetro y 5,5 gramos de peso.

Junto a ella las que surgían del ámbito parroquial de Santa María, cuando los feligreses más pudientes aportaban alimentos o dinero para apoyar a los más desfavorecidos. En este caso figuran acuñadas como CATECISMO PARROQUIAL, por valor de 1 ó 5 céntimos, fabricadas de aluminio con un diámetro de 20 mm. y 0,7 gramos de peso. Con el fin de difundir el mensaje religioso entre los más pequeños que acudían a las catequesis preparatorias de la Primera Comunión incentivaban su asistencia con estas “monedas” que les podían ayudar a ir, por ejemplo, al cine.

En la ESCUELA DOMINICAL que fundara Fernanda Carranza se utilizaron también chapas de aluminio de 26 mm. y dos gramos de peso, que no tenían valor monetario y que desconocemos cómo se usaban.

La cuarta chapa que recogemos en la muestra superior corresponde al de FRUTAS POR MAYOR ANTONIO MARTINEZ. Este establecimiento al por mayor y menor estaba en el nº 15 de la calle Coscojales. Solía ser habitual en este tipo de establecimientos de venta de frutas, como forma de transacción en los sacos o envases o gratificando a sus clientes con estas monedas que reconocían su fidelidad o pagar en especie a personas que realizaban pequeños trabajos.

Finalmente bajo estas líneas las chapas de la CONFERENCIA DE SEÑORAS DE SAN VICENTE PAÚL. Esta asociación caritativa católica laica de origen francés, se organizaba en grupos de trabajo denominados “Conferencias” que desarrollaban su labor social con el apoyo de voluntarias, orientadas por un consejero espiritual de la parroquia.

Las mujeres donaban dinero para distribuirlo entre los más necesitados mediante el reparto de unas fichas que llevaban grabado su valor del genero alimentario, como podía ser leche o en el caso que mostramos era de medio kilo de tocino.

La citada ficha era de aluminio, y pesaba 3 gramos con un diámetro de 31 mm.



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