En setiembre del año pasado en Chile celebraron, con la presencia de la ministra española de justicia, el 80 aniversario de la famosa odisea del legendario WINNIPEG, el Barco de la Esperanza, que trasladó a dicho país a más de 2000 refugiados republicanos españoles, el mayor contingente de pasajeros de toda la historia del exilio tras la guerra. Su aventura ha sido recordada en numerosas publicaciones, películas o libros de autores tan conocidos como Isabel Allende (Largo pétalo de mar), sin olvidar los recuerdos del mismo de su promotor el poeta Pablo Neruda.
Karla Llanos
nos ha recordado que en dicha odisea participó un portugalujo, su tío
Valentín Llanos Sierra, cuya historia es la siguiente:
En febrero de 1939, se abrieron negociaciones dirigidas por el poeta
Pablo Neruda cónsul chileno en Francia para trasladar a Chile, donde se les
concedería asilo político, a miles de españoles refugiados en campos de concentración
del sur de Francia en condiciones de hacinamiento. Pasó previamente por Buenos
Aires, Rosario y Montevideo, conde consiguió que organismos solidarios argentinos y
uruguayos participaran en el financiamiento de esta empresa migratoria.
La misión era muy complicada pues
se trataba de organizar el viaje en el menor tiempo posible, puesto que ya se
vislumbraba en el horizonte el fantasma de la II Guerra Mundial
El traslado se efectuaría en el barco WINNIPEG, un viejo carguero de bandera francesa de alrededor
5.000 toneladas que transportaba mercancías desde África a Francia. No solía
llevar a más de 70 personas, por lo que tuvieron que acondicionar sus bodegas
para poder dar cobijo a los 2.078 refugiados.
El grupo más
numeroso estaba formado por unos 500 catalanes, seguido por unos 200 vascos, la
mayoría de estos últimos provenientes del campo de concentración de Gurs. Neruda seleccionó los pasajeros y respetó la petición del gobierno de
llevar campesinos, trabajadores
cualificados y profesionales, además de intelectuales, que aportaran a este
país en crecimiento, el cual había sufrido uno de los mayores terremotos de su
historia unos meses antes.
En sus memorias “Confieso
que he vivido” Neruda lo recordaba como “Misión de amor”, su mejor poema:
De más lejos, de
campos de prisiones, al navío en el mar,
a la esperanza
acudieron llamados uno a uno por mí, desde sus cárceles,
de Francia
tambaleante por mi boca llamados acudieron,
se iba poblando
el barco que partía a mi patria…
Zarpó del puerto fluvial de Pauillac el 4 de
agosto de 1939. El viaje duró 30 días, y los últimos días de navegación
los hizo cerca de la costa y a oscuras, por temor a sufrir atentados de
submarinos alemanes.
Durante esos 30 días de travesía, los refugiados se
organizaron para ayudar a la tripulación del barco a preparar las comidas,
limpiar los baños o encargarse de la enfermería, espacio que fue testigo del
nacimiento de dos criaturas. Por su parte los vascos como se ve en una
fotografía crearon su coro para animar la travesía.
El día 26 de
agosto el barco atracó en Arica, en donde descendieron un grupo de pasajeros que se
instalaron en dicha ciudad del norte de Chile y el 2 de septiembre,
lo hizo en el puerto de Valparaíso para desembarcar a la mañana siguiente recibidos por
autoridades civiles como el entonces
ministro de salud Salvador Allende, y Pablo Neruda, militares, dirigentes políticos, de sindicatos,
estudiantiles, y numeroso público, que entonaban canciones republicanas para
recibirlos.
De este contingente, un grupo subió a un tren
directamente para la Argentina, otro grupo mayoritario viajó en tren a Santiago
y alrededor de 600 se quedaron en la ciudad de
Valparaíso, sobre todo aquellos con oficios relacionados con el mar, como
pescadores, marinos, patrones de cabotaje, etc.
Valentín fue uno de los que se quedaron en Valparaíso, la
misma ciudad en cuya bahía falleció el 12 de junio de 1942 a causa de una “contusión cerebral seguida de asfixia por
inmersión” como consta en el documento Autorización
de sepultación, seguramente mientras se encontraba sumergido a causa de
algún trabajo que realizaba como buzo en el puerto de Valparaíso.
La muerte le sobrevino cuando todavía ni siquiera se
habían cumplido 3 años desde que llegó a Chile. Fue sepultado el día 13 de
junio de 1942 en el Mausoleo de la Sociedad Española de Beneficencia del
Cementerio nº 2 de Playa Ancha (Valparaíso).
No hay comentarios:
Publicar un comentario