martes, 8 de septiembre de 2020

LLUVIAS TORRENCIALES Y REBOLLOS EN JULIO DE 1887

 


Muchas veces me he preguntado de donde vinieron los clásicos rebollos portugalujos que dan personalidad a las calles del Casco Viejo. Ahora, y por azar, he aclarado mis dudas, al menos tras los sucesos que acaecieron en el mes de Julio de 1887.

La primera pista la encontré en el Libro de Actas del Ayuntamiento de Portugalete en las sesiones del 23 de Julio y 1 de Septiembre y los detalles, sobre todo, en el Noticiero Bilbaino del 22 de Julio: “A las anticipadas y relativamente grandes calores que han sobrevenido este año en Vizcaya, han sucedido tempestades acompañadas de pedrisco y tras ellas, un temporal de copiosísimas aguas”. “En Abando el río proveniente de Iturrigorri inundó la zona de Vista Alegre”.

Sobre la villa de Portugalete informaban:“Ayer por la tarde la cantidad de agua que cayó en Portugalete que jamás se ha conocido allí otro tanto. La calle del Medio iba toda ella cubierta de agua y con tanta violencia, que por uno de sus lados ha quedado al descubierto la tubería para la conducción de aguas. La calle General Castaños estaba lo propio. Se cayó un trozo de pared que separa las huertas de la Sra. de Epalza y la villa… Hubo desprendimientos en Aceta y el tranvía tuvo que hacer trasbordo. En Mª Díaz de Haro quedó aislada por cuatro pies de agua la casa del alcalde Sr. Valle…. En el Muelle Viejo la gente se vio obligada a salir por las ventanas… El tranvía Bilbao-Santurce quedó interrumpido por espacio de dos horas… Igualmente tuvo problemas por espacio de tres o cuatro horas la vía del ferrocarril de la Diputación a la altura del puente de Galindo”.

Vamos, un desastre que obligó al Ayuntamiento a aprobar de urgencia la reparación de los “grandes desperfectos que se han ocasionado en las calles de la villa por las lluvias torrenciales que han caído los días 19 y 21 de Julio hasta el punto de dejar intransitables varios puntos, debido al desprendimiento del enmorrillado (rebollos) y parte de las aceras…”.

El 1 de Septiembre, encontramos la aprobación del gasto de 781,25 ptas. generado por los trabajos de reparación de las calle a cargo de Joaquín Beistegui.

También vemos una modesta pero interesantísima partida de 30 ptas. producida por Ricardo Ayarza, por un viaje hecho con su lancha al punto de CASTREJANA para conducir desde allí REBOLLOS para empedrar las calles de la villa. Por lo tanto, ya tenemos resuelta la duda sobre el origen de nuestros rebollos en esa época. Estos se formaron por las avenidas del Cadagua quedando depositados en Castrejana (Barakaldo) confirmando que al menos en aquella época era navegable hasta las inmediaciones del Puente del Diablo.

Este transporte no fue una excepción ya que encontramos como el 27 de Marzo de 1890, el mismo Ayarza realizó dos viaje más, suponemos al mismo lugar, “para conducción y cargue de dos lanchas de piedra rodada para reparar las calles, plazas y demás”.

La reparación de las calles y plaza exigía más rebollos como queda reflejado en la nota pasada por Sotero de Gorostiza, y también por el transporte de arena o recebo en varias gabarras desde las canteras de Axpe, señalado en el gasto presentado por José Montero en las actas de Agosto y Octubre de 1889.

Como ya escribimos en su día en este blog, en 1570 ya se citaban “las obras de empedrado del Solar desde la entrada hasta la casa de Juan de Montellano realizadas con piedra de rebollo buena…”y en 1878 se citaba el “enrebollado de la superficie de la rampa que del Castillo de la plaza se dirige al muelle”. En el libro de la Colección El mareómetro, “Portugalete, años 20”, ya se citaba otra localización de rebollos que pudieron haberse utilizado en años anteriores a los de Castrejana, como fue LA REBOLLERA en la costa entre Peñota y Santurtzi.

Mi agradecimiento a Manu Orbe, amigo siempre dispuesto a colaborar en temas baracaldeses, que nos ha facilitado la fotografía del puente a cuyos pies se aprecian, con dificultad, varios playazos de rebollos y la confirmación de la navegabilidad del Cadagua. 

JOSE LUIS GARAIZABAL FLAÑO



 


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