EL HOTEL, ha acogido a lo largo de sus 150 años de
existencia todo tipo de conferencias y actos culturales, siendo nosotros mismos
los que instituimos nuestros ENCUENTROS PORTUGALUJOS DEL HOTEL en los que hemos
reunido a importante número de gente en presentaciones de libros,
conferencias, homenajes a conocidos portugalujos, etc.
A principios de este siglo, en su nueva etapa surgió la ASOCIACION DE AMIGOS DEL HOTEL DE PORTUGALETE, bajo la dedicación de reconocidos portugalujos como Roberto Hernández Gallejones o Joseba Gotzon que el año 2004 organizó las Primeras Jornadas Históricas contando con la presencia de Oscar Álvarez Gila quien disertó sobre los portugalujos en el Caribe. De dicha conferencia entresacamos diversos pasajes, empezando por esta pequeña introducción al tema de los portugalujos que emigraron al nuevo mundo:
Fueron miles de portugalujos los que, a lo largo de
la historia, salieron a una edad más o menos temprana desde la Villa para, en
Europa o América, intentar labrarse una fortuna, en las más diversas
dedicaciones. Mercaderes, misioneros, funcionarios, empresarios, marinos,
pajes, piratas..., fueron entre otros los oficios, por llamarlos de algún modo,
en el que estos portugalujos, como otros tantos emigrantes vascos, desempeñaron
su actividad.
América fue, en este contexto, el ámbito que más
fuertemente atrajo a esta corriente migratoria: desde que a fines del siglo XV Castilla
iniciara el proceso de conquista y colonización del Nuevo Mundo, en todas las generaciones de portugalujos
hubo siempre quienes optaron por cruzar el mar, generalmente con el deseo
oculto –aunque no siempre se realizara– de regresar a Portugalete convertido en
lo que el lenguaje popular llamó indianos, peruleros o americanos.
Aquellos quienes, como nos recordaba Juan Antonio Zunzunegui, iban pobres a
América y volvían ricos a su tierra natal, a vivir de las rentas y pasar la
vida convertido en una persona importante, a la que “todo el mundo saluda, vuelve la cabeza o señala”.
Cierto es que, como ocurre con todos los relatos que
corren sobre nuestra historia, hay mucho de exageración y otro tanto de
literatura, y que no todos partieron pobres, y muchos menos fueron los que
regresaron inmensamente ricos; incluso hubo quienes prefirieron echar sus
raíces en aquellas tierras, que convirtieron en su nuevo hogar, siendo el
origen de troncos familiares más o menos importantes; como aquel Pedro de San Martín que a mediados del
siglo XVII pasó a Buenos Aires y en el que hay quien ha creído ver el
antepasado, nada menos que del Libertador de Argentina.
Pero incluso entre éstos, la realidad de su presente
asentado y su –en mayor o menor medida– próspero futuro en América no fue óbice
para que guardaran, en muchos casos, un recuerdo permanente al paisaje de su
infancia. Mandas pías, legados benéficos y donaciones artísticas para el culto,
que hoy constituyen la base de ese pequeño tesoro artístico que se conserva en
el museo parroquial de Santa María,
son buen ejemplo de esta vinculación mantenida en la distancia.
De este modo, podemos comprobar que prácticamente
todos los espacios americanos, e incluso otros continentes, han visto, a lo
largo del tiempo, la presencia de hombres y mujeres de Portugalete. O visto
desde nuestro punto de vista, que podríamos hacer un viaje virtual alrededor
del mundo sin salir de nuestra Villa, a través de un recorrido por sus calles y
lugares, y el recuerdo las biografías de estos “portugalujos del exterior”,
como ahora se estila en denominar.
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