Recurrimos al blog Patriotas Vascongados, para recoger la extensa biografía que nos ofrece de este personaje, que con todo merecimiento figura en el Diccionario Biográfico Portugalujo.
Sancho de Vallecilla y el Casal nació en los
años 1540, en Portugalete. Su padre, Martín de Vallecilla, fue durante
más de 30 años piloto en la mar. Comenzó su vida en el mar embarcándose en el
año 1558, posiblemente en cuanto cumplió los 15 años, una edad que coincidiría
con la que empezaron otros ilustres marinos coetáneos suyos.
Participaba en la navegación de cabotaje al
mando de su navío, especialmente en los dos viajes anuales que salían desde
Portugalete con destino a Flandes, transportando mercaderías que cargaba en los
puertos andaluces o, más comúnmente, lana de Burgos y cierta variedad de
productos propios (barras de hierro, castañas...) que se embarcaban en Bilbao o
en la misma villa de Portugalete.
Alternaba esta labor con frecuentes servicios
a la Corona, bien mediante la prestación de sus barcos, cuando estos eran
requisados para tomar parte en alguna empresa concreta, o bien ofreciendo sus
servicios como maestre y piloto en algunas armadas, destacando su labor en la
Armada de Pedro Menéndez de Avilés, en que actuó de piloto mayor.
La segunda parte de su actividad, que daría comienzo en torno al año 1580,
está dedicada por entero a la milicia, actuando en diversas acciones de guerra
como capitán de mar y guerra al mando de
un galeón y de una de las compañías embarcadas en la Armada del Océano y,
también, ejerciendo como consultor, o siendo reclamado por sus vastos
conocimientos en materia de navegación y de barcos para hacerse cargo del
arqueo de algunos navíos y escuadras.
Antes de que se dedique por entero a la milicia, se hallaba como maestre de
su propio navío, transportando lanas en las flotas que dos veces al año hacían
el trayecto Portugalete-Flandes.
Por ejemplo, en el año 1567 se le encuentra como maestre y dueño de la nao Nuestra
Señora de la Concepción, que con una carga de 278 sacas de lanas partió con
destino a La Exclusa o Ramua. Vallecilla perdió esta nao cuando navegaba
cercana a la costa de Bretaña, al encallar a causa de su excesivo calado.
Pocos años después, en 1572, perdió otro navío
nuevo, el galeón Nuestra Señora, de 150 toneles, en la que sin duda
alguna fue la jornada más trágica que ha
vivido la flota de Portugalete en toda su historia. Los barcos que
componían la flota de esta Villa, unidos a los de Bilbao y a los de las Cuatro
Villas, se unieron a la armada que aquel año mandaba el duque de Medinaceli,
encargada de llevar soldados y provisiones a los estados de Flandes que se
hallaban alzados contra el monarca español. Tras una serie de episodios
desgraciados, con todos los barcos requisados para servir en la armada, la
poderosa flota de los rebeldes (los "mendigos del mar"), fue
acabando, uno por uno, con la mejor flota mercante que
existía en aquel tiempo.
En los años inmediatamente posteriores aparece llevando bastimentos desde
Santander a Lisboa, también que los de La Rochela le tomaron otra nao nueva de
otras 200 toneladas, por estar entregando 100.000 anegas de trigo que llevó a
su cargo en 18 naos y navíos.
En abril de 1579, se encontraba en San Lúcar de Barrameda, junto al también
maestre portugalujo Pedro de Herrada, en los días previos a que saliese
una flota con destino a Cartagena de Indias de la que Sancho de Vallecilla fue general. Dicha flota se hallaba ya surta
en el puerto de Cartagena en enero del año 1580.
Durante algunos años, sirvió de maestre y piloto en el galeón capitán en
que andaba el adelantado Pedro Menéndez
de Avilés en la guarda de la Carrera de Indias. El avilesino
Pedro Menéndez era el marino más destacado de aquellos años y Vallecilla, como
piloto mayor de su armada, pudo aprender muchísimas cosas de este genial
militar y navegante.
En 1574, murió Pedro Menéndez. Vallecilla había adquirido con él enormes
conocimientos sobre el arte de navegar y la construcción de navíos.
En torno al año 1570 Sancho de
Vallecilla, contrajo matrimonio con la portugaluja Antonia Fernández de
Rasines y Gobela. Poco después nació su primogénito, Martín de Vallecilla
y Rasines y algún año después su hijo segundo Francisco de Vallecilla y
Rasines. Ambos fueron militares y marinos muy señalados.
El año 1581 el rey pidió la opinión de un reducido grupo de personas,
elegidas entre las que más sabían en aquel tiempo de navegación, acerca del
modelo y traza de los galeones que se mandaron construir aquel año en Bizkaia.
Sancho de Vallecilla era uno de ellos entre los que se encontraban también Cristóbal de Barros, el mejor
constructor de naos que tenía la corona, y los marinos Diego Flores de Valdés,
Pedro Sarmiento, Martín de Zubieta, Juan Martínez de Recalde y Juan de Lasarte.
Vallecilla llevó de Santander a San Lúcar 3 galeones de los 9 que fueron
fabricados por Cristóbal de Barros y, habiéndolos probado "a todo trance",
certificó que eran los mejores y más veleros "que ninguno hasta hoy ha
navegado". Vallecilla quedó tan encantado del gobierno de aquellos
navíos que pidió al rey que le diese el mando de uno de ellos.
El año 1584, atendiendo a la petición de Vallecilla, el rey le otorgó el
título de capitán de mar y guerra de uno de los seis navíos que
quedaban en Santander, que sumados a los anteriores, fueron convertidos en una
armada que se puso a las órdenes del bilbaíno Juan Martínez de Recalde.
Al mando del galeón La Asunción se encontraba en junio de 1585
formando parte de la Armada de galeones de Recalde, con la misión de
limpiar las costas de enemigos. Ese mismo año, también sirvió como capitán de
una compañía de la Real Armada de Galeones de la Guarda de Indias, en
las Azores, para recibir a la Flota de la Carrera de Indias. Estaba compuesta
por 9 galeones y 3 fragatas con Juan Martínez de Recalde por general y, con el
grado de alférez, se hallaba su hijo Martín, futuro general, en el que fue su
primer viaje (de hecho, en ocasiones Martín de Vallecilla reemplazó a su
padre en la plaza de capitán por las repetidas ausencias de su padre sirviendo
a S.M. en el apresto de armadas). Poco tiempo después regresó la armada dando
protección a las flotas de Indias. Aquella flota estaba llena de mandos de
origen vascongado: el almirante Francisco
de Eraso, el veedor y contador Marcos
de Aramburu, y los capitanes Sancho de Vallecilla, Macián y Domingo de Urquieta, etc.
En 1586, Sancho de Vallecilla marchó a Cartagena de Indias como capitán del
galeón La Asunción, de la misma Armada de Indias, a las órdenes del
general Álvaro Flores de Quiñones en sustitución de Recalde. Se pretendía traer
una gran suma de oro y plata y se temía que el corsario Francis Drake, al
frente de una flota cuyo número de navíos se estimaba en unos 30, junto a la de
otros corsarios ingleses intentaran atacar la flota o algunas ciudades
americanas.
En septiembre de 1588, el general Álvaro Flores de Quiñones nombró a Sancho de Vallecilla capitán de infantería
y de mar de un barco de la Armada de pataches con la que aquel año navegó a
Tierra Firme, pues en esta ocasión no llevó galeones.
En 28 de diciembre de 1589, Sancho de Vallecilla recibió orden del duque de
Medina Sidonia de levantar un "fuerte golpe" de gente de infantería,
marineros y artilleros en Sevilla, para enviar a las provincias de Tierra
Firme.
En 1590, se hallaba en prisión en Sevilla a causa de 800 ducados en que fue
condenado en la visita de galeones del año 1587. Se le concedió la libertad
para que pudiese navegar ese año a Indias con la condición de que fuese pagando
de su sueldo aquella cantidad.
En 1590, se encontraba en un patache en la Armada de Galeones, al mando de Juan de Uribe Apallua.
En 23 de diciembre de 1591, se le dio Cédula de S.M. para que partiese de
la corte al puerto del Ferrol a recibir el galeón San Simón y los navíos
del cargo de Francisco Gallinaro y los de las presas que él hizo y los llevase
con la infantería y demás gente a la vuelta de Lisboa. El rey le remitió carta
aprobando el cuidado con el que entró en Lisboa con los navíos.
En 11 de febrero de 1592, recibió de S.M. título de capitán de mar y
guerra de uno de los galeones de la Armada de Indias a cargo del
general Juan de Uribe Apalua. En 3 de febrero de 1592, Juan de Uribe le escribe
encargándole se diese prisa en el despacho de las naves que llevaría a su cargo
y nombramiento de dicho general para que en la navegación de la Armada del
Océano desde Cádiz a Lisboa sirviese de almirante por ausencia del propietario.
El año 1593, el general Francisco Coloma sustituyó a Juan de Uribe al mando
de la Armada de Indias, y el 12 de febrero de 1593, ordenó a Vallecilla que
fuese a las Salinas, a buscar y recoger los marineros que llegaron allí en la
capitana de Vizcaya.
Posteriormente, le ofreció otra orden, de 4 de abril de 1593, para que por
la prisa con que les ordenaron salir los navíos que quedasen aprestándose
quedasen a cargo de Sancho de Vallecilla y fuese con ellos en su seguimiento.
Órdenes de 6, 13 y 27 de julio de 1593 del adelantado mayor de Castilla y
del capitán Cristóbal Sánchez, a cuyo cargo estaba la Armada de la Guarda del
Estrecho, de lo que debía hacer en el manejo de los navíos que traía de su
escuadra, de la que era almirante.
En 23 de febrero de 1594, partió la armada a las órdenes de Coloma de la
bahía de Cádiz y, aunque la vuelta estaba prevista para antes del verano de ese
año, se hallaba de invernada obligada por la falta de bastimentos y de carena
para los navíos, aguardando a que desde España les enviasen suministros. Junto
con la Armada de Indias se vieron obligadas a posponer su partida las Flotas de
Tierra Firme y de Nueva España,
En esta ocasión existen documentos que nos permiten conocer el organigrama
de mando de la armada: Francisco Coloma, capitán general; Diego de Sotomayor,
almirante; Fadrique Cancer, capitán del Tercio de Infantería Española y
gobernador de dicho Tercio. Los capitanes embarcados de los Tercios: Marco
Antonio Becerra, Pedro Esquivel, Pedro de Chabarri, Luis de Velasco, Pedro
Sánchez Escudero, Pedro Díaz de Nabia, Juan de Villaverde, Sancho de Vallecilla, Francisco del Corral y Pablo de Aramburu.
Finalmente, el sargento mayor Pedro Durán y el alférez Carlos Milán. La armada
estaba compuesta por 8 galeones (de los que era capitana el San Felipe y
almiranta el San Andrés), 5 fragatas (una de las cuales era la Santia
que se hundió perdiendo la vida el capitán Hernando Caballero y toda la
tripulación) y dos pataches (o zabras, una de ellas la Santa Clara), una
carabela (Esmeralda) y dos charrúas (Espíritu Santo y San
Pedro).
En aquella ocasión la Armada y flotas que se hallaban en puerto,
contradecían las órdenes reales por las que se mandaba a su capitán general que
partiese sin dilación antes del mes de julio hacia España. Ante la
imposibilidad de cumplirlas sin poner en gran riesgo barcos y tripulaciones,
Osorio juntó a sus mandos para que diesen su parecer sobre lo que debía
hacerse. La mayor parte fue del acuerdo de esperar, aún sabiendo que la broma
pudriría algún barco. Sancho de
Vallecilla también fue de esta opinión. A la vez, añadía un dato que nos
resulta de gran interés pues, para apoyar su propuesta, aseguraba que había
navegado desde hacía 25 años en la Carrera de las Indias, es decir, desde el año
1569, dato que ya apuntábamos más arriba para tratar de conocer el año en que
sirvió a las órdenes de Pedro Menéndez de Avilés.
En marzo de 1595, se le dio instrucción para que volviese a España. En
septiembre del mismo año hallamos a Vallecilla embarcando en Cádiz con su
compañía de infantería, en uno de los barcos de la escuadra de galeones
"ilíricos" (italianos), compuesta por 12 galeones y 5 naos, que
mandaba el napolitano Pedro de Ybella con destino a Lisboa. En 20 de septiembre
de ese año, recibió licencia del conde de Portoalegre para dejar la compañía a
cargo del alférez y acudir a Sevilla en servicio de S.M.
En 29 de agosto de 1596, se le dio título como capitán de infantería y
gente de mar que se embarcase en uno de los filibotes de la escuadra del
general sevillano Pedro Tello de Guzmán (que el año anterior había acabado con
John Hawkins en Puerto Rico), que se aprestó para llevar socorro a la armada y
flotas que venían a cargo del general Bernardino de Avellaneda. En diciembre de
1596, fue nombrado almirante de la Armada de la Guarda de Indias de Pedro
Tello.
En noviembre del año 1597 se dio a Vallecilla el mando de una escuadra
compuesta por 4 pataches para correr con ella la costa del Cabo San Vicente y
"enmararse" y descubrir los enemigos y dar cuenta de ello.
Las distinciones a Vallecilla fueron muchas, pero nunca consiguió llegar a
ser una figura que destacase tanto como sus cualidades lo requerían. Fue
propuesto en diversas ocasiones para ser almirante de diversas flotas, en 1602
para almirante de la Armada de la Carrera de Indias, en 1604 para la de Tierra
Firme, en 1605 para la flota de Nueva España y en 1606 para almirante de la
flota de Barlovento.
No hay duda de que Sancho de Vallecilla era consciente de que su carrera militar no podría llegar mucho más lejos que aquellas distinciones que consiguió, en una época en la que llegar a general de alguna armada requería o bien títulos nobiliarios o bien disponer de antepasados cuyos servicios prestados se acumulasen a los que podía presentar uno mismo. Él no tuvo esas oportunidades pero, a cambio, abrió las puertas de par en par a sus descendientes, quienes contaron, entre otros títulos, los de gobernadores, generales y almirantes.
Patriotas
vascongados.blogspot
12 de diciembre de 2015
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