El personaje que ofrecemos este mes en el periódico enportugalete.com corresponde a uno de la familia Cobos, Fede, que destacó fundamentalmente como compositor.
Iniciado en la
música por su padre Federico Cobos Urcelay, tuvo a Pedro Lizarraga, como
profesor de piano, órgano y música en general. Sus primeros estrenos musicales
fueron en los pueblos vecinos donde le representaron cuatro pequeñas obras
líricas, y poco después, en colaboración con Alberto San Cristóbal estrenó en
Las Arenas, Arlote, marques de Lejona.
Su primer gran estreno fue con la obra lírica Cocina Vasca (1949), que estuvo en el Teatro Arriaga durante 19 días, a la que siguieron otras como Goizeko-Izarra (1952) que representó en Bilbao la Compañía Lírica de Madrid con Esteban Astarloa.
Tenía ya 36 años cuando dejándose guiar de su vena de artista, dejó su vida cotidiana con su trabajo de administrativo y se marchó a Madrid a introducirse y vivir en el mundillo bohemio de los artistas.
Allí dedicado
de lleno a su verdadera vocación, trabajó duro desarrollando una gran capacidad
creadora y consiguiendo que varias casas españolas y francesas le editaran
medio centenar de piezas, lanzando al mercado treinta discos. Diez años
después, en 1960, añorando su pueblo natal vuelve, ocupando el puesto de
organista en la parroquia. En el registro de la Sociedad de Autores pasaban ya
de 500 las obras suyas, entre las que había toda clase de música, lo mismo
zarzuela que chotis, música vasca, habaneras, etc. muchas inspiradas en su
querido pueblo como El capotito,
Botecito, Chimberita,…
A su muerte se organizó un gran festival homenaje, en el que participaron las principales masas corales portugalujas y de los pueblos vecinos.
En el Cancionero Portugalujo de Cesar Saavedra están recogidas gran parte de sus composiciones portugalujas, así como algunas de su hermano Alfredo, junto a obras de Manuel Hueda, Julián Bayo o Pedro Lizarraga.
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