Corría el año 1888, cuando los hermanos Martínez Rivas y su socio inglés
Mr. Palmer fundaron en Sestao los modernos Astilleros del Nervion, dado que el Estado
les había concedido la construcción de tres cruceros acorazados. El Infanta Teresa,
botado el 30 de Agosto de 1890, el Vizcaya, el 8 de Julio de 1891 y el Almirante
Oquendo, el 4 de noviembre. Los tres entraron en servicio en 1893 y fueron
hundidos en Cuba el 3 de julio de 1898.
El clima laboral debía
ser muy bueno, aunque se mascaba en el ambiente los problemas entre la empresa
y el Estado. Fruto de ese ambiente, en Portugalete se proyectó formar un orfeón
de 60 voces formado en su mayoría por obreros del astillero y que habrían
pertenecido ya a orfeones en Asturias y Galicia. El nuevo orfeón se llamaría
“El Abra”. según el Noticiero Bilbaino de Julio 1891.
Un mes después de la botadura del segundo casco, surgió un desafío a remo
entre trabajadores de los talleres de maquinaria, vecinos de Portugalete y los
de gradas, provenientes de varios puertos del Cantábrico. La regata se
celebraría el 2 de Agosto y el recorrido sería de 5.200 metros entre la Peña de Santa Clara, sobre la
que se estaba construyendo el Puente en la orilla portugaluja, y la baliza nº
16 situada en la embocadura de la dársena de Axpe, en el punto conocido como El
Fraile, justo enfrente del astillero, donde darían la ciaboga para finalizar en
Portugalete. (2)
Siguiendo a la prensa de la época, El Nervión, (31 de Julio y 3 de Agosto
de 1891), la apuesta fue de 25 pesetas por cada tripulante, dándose la
circunstancia de que bogarían doce remeros y que al patrón se le permitiría singar. En cada
trainera iría un práctico para “evitar
cualquier maniobra que perjudicase al buen servicio”. El periodista del
Noticiero animaba al ayuntamiento de Portugalete “a organizar algunos festejos a la mayor animación del regateo y a
contribuir con alguna cantidad para los bogadores, ya que eran pobres obreros”
y al público en general a acudir a Portugalete, “porque los combatientes son gente fornida y acostumbrada al remo”.
El viernes anterior y en presencia del jurado, se sortearon las dos
traineras de matrícula de Portugalete con las que regatear y se establecieron
también las condiciones a las que sujetarse.
La reseña del corresponsal de Sestao, tiene su miga:
“El sorteo de primacía de salida se
verificó una hora antes de la señalada para efectuarse el regateo y les cupo en
suerte a los del taller de Maquinaria. A las cuatro horas, 16 minutos y 31
segundos y dada la señal por el señor Galviz, Ayudante de Marina y presidente
del jurado, se vio partir a la lancha folio nº 8 de la matrícula de
Portugalete, con distintivo rojo y patroneada por Dámaso Solar”.
Hagamos un inciso para señalar que en aquella época las tripulaciones
vestían “de calle” y la forma de distinguir las traineras era mediante un banderín de color que se situaba
normalmente en la proa o en la banda de estribor junto al patrón. Nuestro
patrón Dámaso Solar Arregi, era de “tierra adentro”, había nacido en Villarreal
de Álava en 1859 y vivía en la calle del Medio.
“Un minuto después partió la Joven Eulalia (folio nº 9) y mandada por José Félix
(distintivo blanco). Muy pronto se conoció que esta sería la vencedora en la lid que se
libraba, puesto que en un momento le aventajó la distancia que la otra le
llevaba, pero no le pudo dejar a la zaga, como así habría sucedido a no haber
sido porque la delantera le iba cortando las aguas.
A las 4 horas, 42 minutos y 58
segundos llegó a la meta esta última, habiendo hecho el recorrido de 5.200 metros en 25
minutos y veintisiete segundos.
La otra no aparecía, y estando en el
agua creíamos que se la había tragado la tierra, pero allá después de mucho
tiempo supimos que existía, porque la vimos.
Según se nos dijo, eran muchas las
traviesas que había con momio a favor de los rojos.”
No se si este último párrafo da a entender algún tipo de chanchullo en el
siempre turbio mundo de las apuestas de remo o si el corresponsal de Sestao lo
dejó caer por si acaso.
“La fiesta fue amenizada por la banda de Música del
Regimiento de África, llegada hoy (ilegible) a esta pintoresca villa.
¡Bien por los blancos!
Para otra vez les deseamos más brios
a los vencidos.
Suyo affmo.” EL CORRESPONSAL
JOSE LUIS GARAIZABAL
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