Jose Luis Garaizabal, que ha realizado un
estudio de los escudos nobiliarios que lucen las fachadas de algunas casas de
nuestro Casco Viejo, y que ya nos adelantó el de la Casa de Jáuregui, en la
calle Santa María, nos ha enviado otra parte de su trabajo, que al final lo
presentaremos completo en la BDP dentro de su carpeta de Pequeños rebollos de la historia portugaluja y que hoy nos sirve
para presentar esta entrada.
Se trata del segundo escudo,
por la izquierda, colocado en la fachada del Centro Cultural Santa Clara y que
antiguamente estaba en la casa de Félix Chávarri, situada en la esquina de la
calle del Medio y el Cantón de la Iglesia, que desapareció en 1967, como se ve
en la foto superior.
Estamos ante uno de los
ejemplos de maltrato del patrimonio portugalujo. Cuando se rehabilitó el
antiguo Convento de Santa Clara, se colocaron varios escudos que habían
sobrevivido a la piqueta, en su fachada, pero siguiendo un erróneo tratamiento.
Un escudo es un todo, en el que se muestran las armas en el centro y
rodeándolas, suelen aparecer varios elementos que tienen su significado heráldico
(yelmos, plumajes, lambrequines, etc.) y también se adornan con símbolos
ganados de órdenes de caballería, condecoraciones, etc.
Pues
bien, nuestro escudo se encuentra desmembrado en tres trozos, aunque las piezas
se conserven en el hall del Centro y como hemos dicho, en el muro exterior. El
almacenamiento hasta su colocación y esta situación a la intemperie, le ha
generado claros daños y pérdida de nitidez. En el primer cuartel luce, las
trece estrellas de los Salazar, el segundo con el que pudiera ser de Jauregui,
con su árbol y torre, que ya aparecía en el escudo esquinero de la calle Santa
María y Cantón de la Iglesia. El tercero muestra las cinco panelas de los
Salcedo y el cuarto tres fajas. Coronando el escudo, un yelmo con lambrequines.
Lo custodian lateralmente adornos del que surgen dos caras que miran a los
lados. En la parte inferior, la cruz de Santiago, como uno de los caballeros de
la Orden de Santiago que vivían en la Villa.
Es
una pena este tratamiento y que las piezas de la fachada y del hall, no vayan
acompañadas de una breve indicación del origen y una foto del escudo completo. Igualmente,
la falta de protección a las lluvias y a la contaminación, va minando la
claridad de este y de los compañeros de muro, de los que ya hablaremos en otro
capítulo.
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