El pasado miércoles entregamos nuestro premio a
la mejor fotografía antigua portugaluja, dando así comienzo a la tercera
temporada de las mismas.
Fueron muchas las que nos fueron cediendo a lo
largo del año y hemos procurado darlas a conocer a todos los portugalujos y
portugalujas, en este blog, en el libro de la colección El mareómetro o en los
Cuadernos Portugalujos y otras siguen esperando su momento oportuno.
Elegimos un centenar de ellas para presentarlas
en el citado acto, evitando no alargarlo demasiado, y Javier Martín se encargó de su darles forma acompañándolas de
música. Buscando alguna manera de relacionarlas todas ellas, las agrupamos en
las dedicadas a los deportes, grupos de chicos o chicas, procesiones, …
De todas maneras, tras ver la aceptación que
tuvo y que nos obliga a colgarlo en la red (bajo estas líneas está el enlace),
nos damos cuenta de algún olvido, lo cual nos lleva a ofrecer disculpas, ya que
la memoria nos juega malas y repetidas pasadas.
Como dijimos ese día, con el nuevo año (20 desde
la aparición del primer número del mareómetro) nos proponemos realizar un
proceso de reflexión sobre la continuidad de nuestro proyecto cultural, tratando
de afrontar el último libro que cubra unos años que faltan en nuestra
colección, la década de los 30, con una república y una guerra.
A nuestra edad, cuando ya dejamos atrás una
satisfactoria trayectoria profesional, y con una vida familiar consolidada,
somos conscientes de nuestras deficiencias y debilidades. Este proyecto que ha
pivotado excesivamente sobre mi persona, se ve afectado inexorablemente por el
paso del tiempo, no debiéndolo exponer innecesariamente. Bastantes errores cometo
como responsable, (algunos se encargan de magnificarlos o inventarlos), como
para no ser consciente de ello.
La interesante foto que encabeza esta entrada,
que nos facilitó José Luis Garaizabal,
con su abuelo Nicolás y los dos operarios de su carpintería, es un inestimable
fresco costumbrista con todos sus detalles, tomada en el estudio del fotógrafo
A. González, y que tras incluirlo en el último número de Cuadernos
Portugalujos, se nos olvidó incluir en el vídeo de fotos.
Rubén, sin tu dedicación, apego, cariño, trabajo desinteresado, buenas maneras, etc, etc... qué haríamos para tenet tan colosal y recopilatorio trabajo referente a la villa jarrillera? algo sí, pero no creo que tanto y tan valioso. Muchas gracias desde el anonimato, creo que la inmesa mayoría se sumaría a mi comentario. Desde madrid saludos.
ResponderEliminarRuben, desde muy joven te interesaron las cosas de Portugalete y desde luego sin tu constancia y dedicacion hubiera sido imposible que el Mareometro que en su dia fue un sueño, llegara a fructificar como lo ha hecho.
ResponderEliminarAnimo amigo mio y adelante