José Luis Garaizabal, hace tiempo que emprendió la ardua
tarea de estudiar y recoger todos los escudos que existen o han existido en la
Villa, y en la actualidad continúa con ellos centrado en estos momentos con los
existentes en la Basílica de Santa María.
Al
margen de que al final se recoja el trabajo completo en la Biblioteca Digital,
hemos recogido los primero, ya publicados, en un pdf provisional que se puede ver
directamente pinchando aquí.
Hoy,
después de la última entrega sobre heráldica, dedicada al escudo del Consulado
de Bilbao, les toca el turno a los dos escudos que lucen en las fachadas de la
casa nº 1 de la calle Santa María, que recogen el escudo de la Villa con las
velas plegadas y de los que en distintos pasajes de la historia, se ha dudado
de la autenticidad, y que nos explica porqué están así.
Hay que recordar que en ese recodo que formaban el Solar y el
muelle viejo, fondeaban las naves con sus velas lógicamente plegadas, por lo
que no es descabellado pensar que dado que allí se reunían y protegían las
gentes de mar en torno al puerto, ya en 1738, en el refugio conocido por “el
tejadillo”, al menos el escudo que está colocado a la altura del primer piso,
mirando a la ría, pudiera tener alguna relación con la Cofradía de San Nicolás
y San Telmo (1651).
Resulta extraño que en una misma casa se coloquen dos escudos
iguales, pero de lo que no hay duda, es que ambos tienen las mismas
características y que el esquinero debió ser tallado exprofeso, dada la
coincidencia de ángulo con el de las fachadas, y tal vez fuera colocado por decisión
municipal en el momento de la edificación de la casa en 1762, ya que éste la
mandó construir, o en el momento de la reconstrucción en 1803, tras el incendio
que la destruyó en 1799. Este edificio fue Casa Consistorial durante el periodo
comprendido entre el derribo y la construcción del ayuntamiento actual
(1881-1884).
Estos
escudos con las velas plegadas fueron tomados como modelo para cincelar uno de
los dos escudos que decoran las columnas centrales del coro de la Basílica y
que de todas
maneras como nos recuerda Garaizabal no es una excepción portugaluja, contando
con un ejemplo muy cercano, en Plentzia.
Dado lo extenso de este interesante estudio lo hemos subido
provisionalmente a la Biblioteca Digital, por lo que recomendamos su lectura
entrando directamente pinchando aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario