Nos gustaba tanto pasearnos por las aguas de la Ría que
siempre que podíamos (siendo ya mayores) cogíamos el bote de mi padre y nos
íbamos a dar una vuelta con unas cuantas amigas.
Unas veces pasábamos por debajo del Puente Colgante, siempre
por la orilla, y llegábamos hasta la playa de Las Arenas; otras nos quedábamos
por La Benedicta y alguna vez, por la parte de Baracaldo, llegábamos hasta la
Dársena de Axpe. Aquí fuimos con el bote que Julián Alcalde nos dejó un día y,
al llegar a Axpe, se nos rompió un estrobo y cinglando, con un solo remo, nos
agarramos al ancla de un barco que estaba fondeado allí.
Al rato, pasó un conocido y le dijimos que avisara a Julián
de lo que nos pasaba. Cuando éste llegó, amarró su chinchorro al bote y
riéndose dijo: por haberme hecho venir me vais a llevar vosotras a mi; y después
de poner el nuevo estrobo que faltaba, le llevamos, remolcándole, hasta el
dique, mientras él se reía.
En otra ocasión, cuando tendría yo de 20 a 22 años, Chemari,
el de Lequeitio, nos iba a llevar a Charin, a Maite, a Nieves y a mi hasta
Arriluce en un gasolino.
Para embarcar en él, había que saltar a un chinchorrillo, de
éste a un bote y del bote al gasolino. Ya habían saltado las tres y al querer
hacerlo yo, se había separado el bote de la orilla y ¡zás! caí al agua en
picado, hasta el mismo fondo. Yo no sabía nadar, pero, instintivamente, aguanté
la respiración y moviendo piernas y brazos, salí en un santiamén a la
superficie; allí no corría el peligro de ahogarme porque había mucha gente;
enseguida me agarraron y me subieron al bote.
Arriba estaba el bueno de Mazanet, haciendo su guardia. Un
simpático marinero que hacía la mili en uno de los barcos de guerra allí
fondeados, que se había quitado las cartucheras y tirado el fusil al suelo para
tirarse a salvarme, pero, afortunadamente, no se tuvo que mojar.
Como era lógico, nuestro paseo quedó frustrado. Yo seguía
sin tener miedo al agua, a pesar de no saber nadar. ¡Qué vergüenza! La única de
las cuatro hermanas que éramos, que no sabía nadar, era yo.
REGINA FERNANDEZ LARRAIN
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