Muchos de los edificios del Casco Histórico a finales del siglo XIX y principios del XX
sufrieron una importante transformación. Se derribaron sus viejos edificios de madera, cal y
piedra construyéndose
otros nuevos que cambiaron
su fisonomía, ganando en
altura y modificando la
planta gótica para aumentar el saneamiento y la ventilación.
En este caso en la antigua casa tenía su comercio de calzado, en 1894, Miguel Jauregui y tras la trasformación del edificio encontramos la
zapatería de Isidro Dominguez (en su anuncio señala fundado en 1904) que en la
década de los 50 del siglo XX pasaría a manos de Rodrigo Pérez Díaz, que explotaba también las
zapaterías de JUR y MAISA.
Le pondría el nombre de RUMBO
con el que seguiría tras su jubilación su hijo Rodrigo Pérez Martinez quien al
jubilarse también al finalizar el año 2019 lo cerraría definitivamente.
El otro comercio que hizo popular a este edificio fue EL DEDAL, de reducidas dimensiones
instalado a la entrada del portal y que desde 1939 gestionó durante tres
décadas Paulita Marín.
Tras ser ocupado por un comercio de dietética, ANPAMA, en la
actualidad está también cerrado.
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